IDEAS
La violencia está en declive, aunque no parezca
Steven Pinker, psicólogo, erudito y maestro de Harvard University, ha estudiado la naturaleza humana y su propensión a la violencia y a la cooperación. Como resultado de este enfoque, en 2011 publicó el libro “The Better Angels of Our Nature”, donde documenta el declive de la violencia en el mundo a lo largo de los últimos ciclos.
En una entrevista para Vox titulada “You may think the world is falling apart. Steven Pinker is here to tell you it isn’t”), Pinker indica que, a pesar de que los actos violentos registrados son múltiples, esto no implica que la tendencia de declive haya cambiado. Así mismo, señala que los medios de comunicación juegan un rol sumamente importante al influenciar la forma en que las personas perciben la situación actual pues difunden una imagen de caos exacerbada.
Las décadas de los sesenta a los ochenta fueron una de las épocas de mayor violencia para la sociedad estadounidense con elevados índices de asesinatos y enfrentamientos, particularmente debido a las guerras de Vietnam e Iraq. Las circunstancias actuales, indica Pinker, no se comparan con las vividas en aquel entonces y las cifras indican una caída de más de la mitad en la cantidad de eventos violentos y víctimas. Los acontecimientos recientes, como el asesinato masivo en Orlando o los atentados terroristas en Francia, han significado un incremento en la tasa de violencia en el mundo, pero no de manera sustancial.
Estas afirmaciones, aclara, no pretenden restarle importancia a los ataques y asesinatos registrados en los últimos años, ni mucho menos a los movimientos terroristas y guerras en el medio oriente. Estas son situaciones a las que se les debe prestar atención y encontrar la manera de ponerles un alto.
Sin embargo, desde la perspectiva de Pinker, la atención y cabida que se les brinda a los protagonistas criminales de dichos sucesos solo logra incentivar más violencia. Todos los atacantes tienen un factor en común: buscan atraer atención sobre algún punto en particular, sea de carácter social, político o económico. Y cuando los medios de comunicación les brindan espacio para reportar sus crímenes con gran detalle, lo que hacen sin querer es incentivar que sigan cometiendo esos actos para captar la atención que requieren.
Pinker destaca la labor de la prensa de informar del acontecer mundial, pero sugiere que no se convierta en un medio publicitario para terroristas y criminales.
En lugar de dedicar gran parte de sus recursos a eventos violentos, los medios de comunicación deberían también hablar de los acontecimientos positivos que se dan todos los días en todas partes del mundo. Esto ayudará a que las personas mejoren la imagen que tienen sobre el acontecer actual. No todo es violencia.
Así mismo, señala que la forma en que ciertas figuras públicas, como el candidato Donald Trump, se refieren a las masas, exhortan a la violencia entre grupos sociales, raciales y religiosos. Es importante que este tipo de expresiones agresivas sean reguladas y prohibidas. Todo mensaje que se ponga a disposición del público en general debe ser depurado de connotaciones violentas.
Finalmente, advierte que para frenar el ligero incremento en los índices de violencia se deben analizar a profundidad los factores que han permitido la reducción de actos violentos en comparación con décadas pasadas y replicarlos.
Publicar un comentario