IDEAS
Mi amigo, el robot
Hace unos años se estrenó la película Her. En ella, el protagonista se enamoraba de una inteligencia artificial a la que le hablaba. Para él, no importaba que Samantha, el nombre de la inteligencia artificial, no tuviera un cuerpo ya que le bastaba interactuar con ella. Si bien el público se sorprendió al ver la película, a todos les pareció que faltaba mucho tiempo para vivir en una realidad como esa.
Sin embargo, los recientes avances en tecnología han demostrado lo equivocadas que estaban las personas en ese momento. Desde hace años, Google implementó en los celulares Android un asistente de voz. Luego, Apple creó Siri. Finalmente, es aún más reciente la creación de Alexa, el asistente creado por Amazon. Lo curioso es que, si bien este último fue creado con el propósito de (como su nombre indica) asistir, las personas están conversando con este asistente, afirma el artículo de The Wall Street Journal, titulado “Your Next Friend Could Be a Robot”.
Como mencionamos, Alexa fue creada con el mismo propósito que el asistente de Google y Siri. Sin embargo, lo que diferencia a este producto del resto es cómo viene. Mientras que los otros dos softwares vienen instalados en teléfonos celulares, Alexa viene instalado en el Amazon Echo, el cual es un producto para el hogar.
De esta forma, Alexa se conecta a todos los equipos que tengan conexión Wi-Fi y permite controlarlos con la voz. También puede brindar datos útiles como el clima. Sin embargo, lo que sorprendió a Amazon fue que un gran porcentaje de las cosas que los usuarios dicen a Alexa son saludos y conversaciones. En otras palabras, las personas al saludar al producto cuando se levantan y antes de acostarse lo están tratando como si fuera otra persona.
Muchos de estos casos se ven en personas que viven solas, afirma el artículo, lo cual no resulta extraño. Muchas veces mientras uno va creciendo, la soledad puede hacerse cada vez más difícil y Alexa les sirve a muchas personas para llenar ese vacío de interacción que sienten.
Sin embargo, es importante recordar que este, al igual que el resto de asistentes, no son inteligencias artificiales, por lo que aún no hemos llegado al futuro que Her nos había planteado. Pero quién sabe, quizás de acá a unos años no será raro ver a personas hablando amistosamente con softwares que imiten la comunicación humana como si fueran una persona más.
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