PERSONAS
¿Cómo se aprende a buscar el balance?
La niñez es el momento en el que se aprenden la gran mayoría de las cosas. Además, los expertos en educación afirman que, debido a que el cerebro se sigue desarrollando, enseñar cosas como idiomas resulta más sencillo para los niños. Pero, ¿se les podría enseñar hábitos que los marquen por el resto de sus vidas?
Los japoneses son reconocidos por muchas cosas alrededor del mundo, una de las cuales es que son originales en muchas de las cosas que hacen. Su originalidad y creatividad se puede observar en la forma en la que enseñan a los niños a encontrar el balance, comenta el artículo de The New York Times, titulado “Tools to Help Japanese Schoolchildren Find Balance: Unicycles”.
Resulta que un objeto común para que los niños se entretengan en los recreos de la escuela es un monociclo. Si bien este es relacionado inmediatamente con el circo, la realidad es que los japoneses proveen monociclos a los más pequeños para que aprendan a tener un balance y a buscarlo.
Lo más interesante viene del hecho que nadie enseña a los niños a utilizarlos. Los monociclos siempre están disponibles y si se desea utilizarlos, los niños deben aprender por sí mismos o enseñarse los unos a los otros. Además, los profesores no suelen estar preocupados por qué les podría suceder y las enfermeras afirman que en los tres años desde que se implementó esto sólo ha habido dos o tres accidentes.
Esta actitud de los mayores respecto al tema es sumamente interesante. A diferencia de occidente, donde las maestras, padres y demás mayores se encuentran activamente preocupados por lo que los niños hacen y dejan de hacer, en Japón se dan la vuelta y dejan que los niños aprendan solos las cosas. Con esto, además de enseñarles a balancear las cosas, también se les enseña a ser independientes, a buscar una respuesta por sí solos en vez de depender de la sociedad y los adultos para resolver sus problemas.
Esta es definitivamente una forma distinta a la que se enseñan las cosas en occidente. Sin embargo, como se mencionó en el inicio, no porque sea distinto significa que sea malo. Es más, seguramente sería interesante implementar las medidas japonesas a una sociedad como la de nuestro país. ¿Quién sabe lo que un cambio tan pequeño podría generar en la mente de los más pequeños?
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