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11 trucos para manejar el talento

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En el fútbol se decía que un jugador alcanzaba la madurez a los 28 años. Hoy se piensa que es a los 26 años.
18 de mayo de 2015
Red star
Por qué es importante
El negocio del fútbol ilustra muy bien la competencia que existe entre empresas que dependen del talento.

Si Usted tiene que manejar una empresa y cree que es difícil, imagínese lo que es dirigir un equipo de super estrellas de fútbol. Precisamente, por ser una tarea tan difícil es que se consideran muy valiosas las lecciones que los entrenadores de fútbol dan sobre cómo manejar el talento. Además, porque el fútbol es un ejemplo muy bueno para ilustrar la competencia que existe entre empresas que son altamente dependientes del talento. 

A continuación una lista de las principales enseñanzas recogidas de entrenadores o managers de los mejores equipos de fútbol del mundo como Roberto Di Matteo (Chelsea), Carlos Queiróz (ex Real Madrid), Arsene Wenger (Arsenal), Guus Hiddink (ex PSV Eindhoven y actual Chelsea), Frank Rijkaard (ex Barcelona y selección de Holanda),  Alex Ferguson (ex Manchester United), Pep Guardiola (ex Barcelona y actual Bayern Munich), entre otros. 

  • Es indispensable aceptar que el tamaño del talento suele ser similar al del ego de las personas. La creencia común es que los egos demasiado grandes dañan una organización. La realidad es que todo depende. Romario, por ejemplo, cuando jugaba por el PSV Eindhoven generaba bastante descontento pues las reglas parecían no aplicarse para él. Se trataba del protegido del entrenador de entonces, Guus Hiddink. ¿Y cómo pagaba Romario este trato preferencial? Con goles que finalmente hacían ganar a su equipo. 
  • Sin embargo, siempre es más fácil trabajar con personas con gran ego que ya han aprendido a tomarse menos en serio. Una vez que los jugadores talentosos alcanzan cierta edad, empiezan una familia o conocen el fracaso, es mucho más fácil trabajar con ellos.
  • Es muy efectivo dar palabras de aliento en privado y en público a aquellos que se sacrifican por el equipo. A pesar de que el fútbol parezca un deporte colectivo, es muy individualista. Es decir, los jugadores desean alcanzar la gloria para ellos mismos, no solo para su equipo. Por eso, reconocer el sacrificio y el esfuerzo de un jugador públicamente no solo lo motiva a él sino que incentiva al resto de jugadores a hacer el mismo tipo de sacrificio.
  • Nunca se debe aspirar a dominar el talento. Hasta hace poco se solía comparar a los entrenadores de fútbol con los generales. Ahora se les compara más con directores de cine que sugieren más que dan órdenes. Por ejemplo, se sabe que Pep Guardiola, quien fuera entrenador del Barcelona y hoy es entrenador del Bayen Munich, solo tiene la costumbre de ir al vestuario de jugadores en el intermedio de los partidos; el resto del tiempo les deja toda la privacidad que necesitan para interactuar entre ellos.
  • Pedirle consejo al talento es una muy buena idea, siempre y cuando sea solo consejo. Al final, la responsabilidad es del entrenador, no de los jugadores.
  • El trabajo del líder no es motivar al personal. El buen talento se motiva solo. Antes de partidos importantes, el talento no necesita estar motivado sino relajado.
  • Es más importante que los miembros del equipo se tengan confianza entre ellos a que le tengan confianza al jefe. Los jugadores no tienen que ser amigos, solo tienen que confiar en la calidad profesional de sus colegas.
  • Ayudar a los talentosos a mejorar es una mejor inversión que perder el tiempo gestionando personal poco talentoso.
  • El 99% del éxito reclutando se explica por las personas que no se contratan. Según Pep Guardiola, una organización es tan frágil como una botella de vidrio colgada de un hilo. Una mala contratación puede hacer que se caiga y se rompa.
  • Aceptar que el talento eventualmente se irá. Un buen líder debe exigir productividad, no lealtad. Y debe tratar de retener al talento todo lo que se pueda, al tiempo que se prepara para su salida.
  • Identificar el momento en el que el talento alcanza su máximo esplendor y aprovecharlo.  En el fútbol, el número mágico es 28 años: después de 300 partidos, 7 temporadas, 3 clubs, un grán éxito y un gran fracaso.