IDEAS
Hacia una quimioterapia sin efectos secundarios
El cáncer es una enfermedad que está en boca de todos. No hay día en el que este no se lleve a alguien que pierde la batalla. Además de esto, en los últimos años la ciencia se ha dedicado a agrupar a muchísimas cosas (que antes creíamos inofensivas) como cancerígenas. Nadie ni nada está a salvo. Por ello, tan conocidos como el cáncer son los tratamientos para combatirlo, que no necesariamente son saludables.
El tratamiento por excelencia para combatir esta enfermedad es el conocido como quimioterapia, pero tiene muchos efectos colaterales o secundarios. El artículo “Soon, oncologists will use shapeshifting to fight cancer” explica con detalle un cambio que podría revolucionar la ciencia detrás de este remedio.
Para explicar la bondad del cambio, el artículo compara la quimioterapia con una escopeta. Si bien sirve a su propósito y mata las células cancerígenas, una vez que se encuentra en la sangre es imposible dominar qué ataca y qué no. Suele atacar cualquier tipo de célula que crezca de forma rápida. Llámese cabello, células de la piel y aquellas que yacen en el sistema digestivo. Es por todo esto que los pacientes de este método tienen una forma de verse parecida.
Todo esta ha llevado al Profesor Warren Chang a buscar una solución viable para que las personas no tengan que sufrir tanto curando una enfermedad que ya es complicada. En los últimos 10 años ha estado buscando la forma para que la quimioterapia ataque únicamente células cancerígenas y nada más.
Todo su trabajo ha culminado en algo que podría revolucionar la forma en la que curamos cáncer. Se trata de nano partículas con ADN. El profesor explica que el cuerpo es como un conjunto de compartimientos y que cada uno tiene unas características específicas. Otra cosa que tiene características específicas, es el cáncer. Ningún tipo de cáncer se comporta igual, dice Chang.
Lo que hacen las nano partículas una vez que ingresan a la sangre es buscar el tipo de ADN que están programadas para encontrar y atacar. Las partículas además pueden cambiar de forma para ingresar o meterse a donde tengan que hacerlo. Luego, cumplen su misión que puede ser atacar o identificar lo que sea que Chang determine como acción para estas.
Toda una revolución en la forma de hacer las cosas, ya que los pacientes no sufrirían los daños colaterales al medicarse. Si esto llega a funcionar, sería un hito en la forma en la que se combate el cáncer.
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