No hay bolsas gratis

La ciudad de New York tira a la basura casi 10 millones de bolsas, lo que significa 19 mil por minuto, según datos del Departamento de Saneamiento citado por NewsOK.

Esta circunstancia y el reto que se ha impuesto el Alcalde Bill de Blasio de llegar a 2030 con cero residuos enviados a los vertederos, ha hecho que el Ayuntamiento apruebe una norma por la cual todos los establecimientos de comercio al detalle cobrarán un cargo de cinco centavos de dólar por cada bolsa que entreguen a sus clientes, a excepción de los pedidos de delivery, según señala New York Times en su artículo “5¢ Fee on Plastic Bags Is Approved by New York City Council”, sobre el cual se basa esta nota.

Una norma similar está vigente en Washington desde 2009 y según cifras de su Ayuntamiento ha reducido en 60% el uso de bolsas. Además, ya hay otros 150 municipios que aplican una medida similar, lo mismo ocurre en Puerto Rico y en el Reino Unido.

La norma entrará en vigencia el 1 de octubre y se espera que contribuya a reducir la dependencia de las bolsas de plástico e incentivar el uso de las reutilizables, que toda la gente deberá cargar consigo para realizar las compras. Los neoyorquinos advierten que al principio será incómodo pero los más optimistas señalan que todo es una cuestión de costumbre.

En 2008, el ex alcalde Michael Bloomberg, quiso hacer lo mismo pero no logró conseguir el apoyo del Ayuntamiento. La única diferencia es que se ha reducido de USD 10 a 5 centavos el cargo que deberá pagar por bolsa de plástico.

Los detractores de la medida señalan que es un impuesto contra la población, aunque reconocen que las bolsas de plástico son un problema.

El Ayuntamiento no solo le puso números a la magnitud del problema sino también a lo que cuesta salir de él. Y es que la ciudad de New York gasta USD 12,5 millones para enviar las bolsas a los rellenos sanitarios, y cifras mayores para limpiar mares, ríos, parques y otros espacios.

Quienes están a favor de la medida señalan que la medida es buena para reducir la contaminación y la basura antiestética que cubre la ciudad por todos lados.

Ojalá en nuestros países se impongan medidas similares que ayuden a reducir la cantidad de basura que llega a nuestros mares y termina en el estómago de los peces que consumimos.