HISTORIAS
La contaminación envejece al cerebro
En Perú, como en muchas zonas rurales de América Latina, las familias de dichas zonas cocinan con leña al interior de sus viviendas, lo cual significa que cada vez que lo hacen se produce un proceso de combustión que contamina el aire al interior de los hogares donde permanencen más tiempo las mujeres y los niños.
Lo que no se conocía hasta ahora es que el uso de combustibles sólidos en los hogares, al igual que el consumo de tabaco y los humos de las carreteras o conglomerados industriales, están cobrando años de vida a nuestro cerebro. Y una de las cosas a las que las personas más temen es el envejecimiento y a las huellas que este deja en nuestra apariencia y, por supuesto, en nuestros órganos.
Según estadísticas de las Naciones Unidas, en el mundo unos 4 millones de personas mueren debido a a la contaminación del aire interno en los hogares y otros 3,7 millones de personas lo hacen por contaminación en el exterior, siendo la Región de Asia la que tiene un 40% de las defunciones relacionadas con la contaminación interna y un 25% de la externa.
Una reciente investigación denominada Las partículas en el aire son una neurotoxina ambiental para el envejecimiento del cerebro del doctor Jiu Hciuan Chen, profesor asociado de medicina preventiva en la Escuela Keck de Medicina de la Universidad de Carolina del Sur, entre otros, publicada en el Annals of Neurology, ha llegado a la conclusión de que la contaminación del aire se asocia a efectos importantes en el envejecimiento del cerebro.
Los investigadores estudiaron a 1,403 mujeres sin demencia que se inscribieron inicialmente en un estudio de salud que duró desde 1996 a 1998. Posteriormente, midieron su volumen cerebral con resonancia magnética entre 2005 y 2006, cuando las mujeres tenían entre 71 y 89 años de edad. A estos datos añadieron los resultados de la contaminación a la que podrían haber estado expuestas (partículas que penetran en los pulmones); y ajustaron variables como edad, tabaquismo, actividad física, educación, entre otros.
A partir de ello, establecieron que cada aumento de 3,49 microgramos por centímetro cúbico de exposición acumulativa a los contaminantes se asoció con una disminución por centímetro cúbico de 6,23 en la materia blanca, el equivalente de uno a dos años de envejecimiento del cerebro. Si bien estos resultados todavía no son concluyentes, los esfuerzos por reducir los niveles de contaminación al interior de los hogares deben afianzarse para evitar no solo el envejecimiento del cerebro sino también la alta incidencia de enfermedades respiratorios en las zonas rurales de Perú.
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