NÚMEROS
Crímenes ambientales
Muchas veces cuando hablamos de delitos ambientales, nos concentramos en las consecuencias que los actos contaminantes pueden tener, pero no reparamos en que muchas de estas acciones son ilegales y tienen detrás redes organizadas de crimen, que se expanden a nivel mundial y están implicadas hasta en el papel que se comercializa en algunas tiendas, según señala Financial Times en su artículo “Agencies detect Sharp increase in invironmental crime”.
El crimen ambiental crece entre 5 y 7% anualmente y mueve entre USD 91 y 259 billones al año, de acuerdo a un informe de las Naciones Unidas y la Interpol (Organización Policial Internacional). Se trata de la cuarta actividad criminal más grande el mundo, donde las principales ramas son la minería, pesca y deforestación. No obstante, los gobiernos parecen hacer poco al respecto, permitiendo el rápido crecimiento de estas mafias.
Davyth Steward, investigador de la Interpol quien contribuyó con el informe, señala que estas actividades ilegales tienen un aspecto legal que les permite ocultar lo ilícito, es decir, las mafias muchas veces extraen legalmente toneladas de pescado, pero realizan prácticas ilegales que pueden ser ocultadas tras su actividad legal.
Así mismo, Christian Nellemann, a quien se hace mención en el artículo, manifiesta que cada vez más, estas mafias están puliendo sus métodos y organizándose mejor para encubrir sus crímenes. Tal es el caso de los traficantes y taladores de madera, que antes transportaban los troncos completos pero ahora los procesan antes de movilizarlos. Entonces, se mueven cargas de viruta o papel, de manera que no sea posible detectar si se trata de madera ilegal. Sin embargo, un estudio realizado por el grupo ambientalista WWF (World Wildlife Fund) indica que de los 144 productos de papel analizados, el 20% estaban fabricados con madera tropical, lo cual es ilegal.
Respecto a las acciones que pueden tomar en contra de estas organizaciones, el artículo señala que lo que hace falta es capacidad y voluntad para tratar esta situación como crímenes de primera prioridad. Existen leyes que regulan la pesca, la minería y la tala de árboles pero no entidades fuertes que realmente fiscalicen que estas leyes sean cumplidas, de lo contrario tales redes ilegales que constituyen una deformación de las normas no existirían. Es necesario poner en marcha esfuerzos que permitan la inmediata acción sobre las mafias y que los incapaciten de seguir operando.
Por eso es importante la iniciativa que se ha promovido para la lucha contra la pesca ilegal, donde también participará el Perú.
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