IDEAS
El alcohol en la adolescencia
Cuando un adolescente empieza a beber muy pronto, normalmente se le atribuye a las malas compañías, al entorno donde se desenvuelve, entre otros. En esos casos, resulta menos frecuente que los padres asuman directamente la responsabilidad de estar criando hijos que abusarán del alcohol a lo largo de la vida.
Por eso, resulta interesante un artículo de NPR titulado “New Immunology Theories Shine Light on a Potential Link Between Vaccines and the Rise in Allergies and Autoimmune Disease” que llama la atención sobre el rol que juegan los padres en el futuro de los hijos asociado al alcohol y destaca que los adolescentes están comenzando el consumo de esta droga legal cada vez más jóvenes (en promedio a los 13 años), lo cual tiene como correlato que terminen involucrados en actos de violencia, choques y demás.
El artículo hace referencia a una investigación dirigida por el psicólogo social William D. Crano de la Universidad de Claremont, que se basó en cuatro experimentos con los padres para establecer cómo sus acciones influenciaban en el futuro de sus hijos.
La idea era averiguar cuatro cosas: (i) si los padres monitoreaban a sus hijos respecto al consumo de alcohol, (II) si los padres eran cariñosos con sus hijos, (iii) si los padres bebían alcohol muy seguido, y, (iv) si es que los padres creían que sus hijos tomaban alcohol.
Los resultados señalaron que el monitoreo traía consecuencias positivas si era hecho de la forma correcta, esto es, con mucho cariño. Los investigadores descubrieron que si los padres controlaban a sus hijos pero sin cariño, los resultados terminaban siendo negativos. Por tanto, no bastaba solo un ojo alerta, sino la forma en que se explicaba ese monitoreo a los hijos.
También se descubrió que si los padres tomaban muy seguido en casa, los hijos tomarían también a temprana edad, debido a que les resulta familiar y lo asocian con algo correcto y permitido.
Finalmente, se encontró que si los padres creían que su hijo bebía alcohol, había más posibilidades de que este lo haga. Este último caso funciona como una especie de profecía auto-cumplida, por lo que los investigadores sugieren tener un poco más de tacto con los hijos, lo cual significa que es hacia ellos a quienes hay que dirigir las estrategias de prevención del abuso del alcohol y otras drogas.
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