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¡El juez es un robot!
En los años noventa, se creó el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) con el fin de aplicar administrativamente Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos que eviten tener que llegar al Poder Judicial. El principio detrás de su creación fue que justicia que tarda, no es justicia. Luego de más de 20 años de funcionamiento, los mecanismos alternativos de solución de conflictos de Indecopi no han cumplido con su promesa de hacer que la justicia llegue más rápido y se han convertido en una mera antesala del Poder Judicial.
Como consecuencia de ello, aun cuando un consumidor logre después de varios años sentencias favorables en las dos instancias del Indecopi, su caso termina llegando al Poder Judicial por la vía contenciosa administrativa donde se suele demorar varios meses simplemente para confirmar la decisión de la entidad administrativa. Cuando esto sucede, la empresa demandada tiene RUC inactivo, los gerentes responsables del daño que provocaron ya crearon una nueva empresa; y, no hay quien ejecute la decisión que confirmó el Poder Judicial.
Para poner freno a estos artilugios legales hay varias opciones: una de las más radicales es usar la tecnología para facilitar la toma de decisiones o al menos apoyar para que cuando estas se tomen ya no sea demasiado tarde.
Por eso, el esfuerzo de generalizar progresivamente la notificación electrónica digital es un esfuerzo que debe afianzarse. Gracias a ello, hoy se ha reducido el plazo para notificar electrónicamente de varias semanas que se tomaba de tiempo a 1 minuto. El siguiente paso natural es comenzar a utilizar la inteligencia artificial para estandarizar los fallos judiciales y aumentar la predictibilidad, así como evitar la impunidad que se genera cuando la justicia tarda.
En los países donde ya se comenzó a utilizar la inteligencia artificial en la Justicia ya existen algoritmos o modelos sofisticados de predicción de resultados de casos con alto nivel de precisión, los cuales en la mayoría de los casos se basan en un conjunto de variables blandas y duras que permiten afinar el nivel de predicción de las decisiones de los jueces. Esto quiere decir que técnicamente las decisiones de los jueces en el futuro podrían ser replicadas por un computador o un robot.
Si bien esta posibilidad suena prometedora, no está exenta de dificultades. Por ejemplo, en la medida que hayan más variables blandas involucradas (derecho a la vida vs aborto, matrimonio gay, entre otros) que afecten el inconsciente de los jueces que decidirán, los resultados que señale un computador o un robot no serían tan precisos. Sin embargo, para la mayoría de demás tipos de controversias, los modelos predictivos de decisiones construidos sí podrían ser más efectivos. ¿Qué piensas de la posibilidad de que en el futuro sean los robots los que administren justicia?
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