IDEAS
Deporte: asunto económico más que político
Más allá de la anécdota que significó ver al gabinete de ministros haciendo ejercicios en el patio de Palacio de Gobierno, lo importante es el mensaje que está detrás de la iniciativa.
Hay que moverse. La inactividad física tiene efectos negativos no solo para la persona que prefiere la vida sedentaria, sino para la sociedad en su conjunto.
Precisamente, de esto trata un reciente estudio publicado en The Lancet, titulado “The economic burden of physical inactivity: a global analysis of major non-communicable diseases”, el mismo que demuestra que la inactividad física también trae consecuencias económicas para la sociedad entera.
El resultado fue que la inactividad física costó un promedio de USD 53.8 mil millones en el 2013. De esta cantidad, USD 31.2 mil millones fueron pagados por el sector público, USD 12.9 mil millones por el sector privado, y USD 9.7 mil millones por los hogares. Además, las muertes tempranas por inactividad física contribuyeron un total de USD 13.7 mil millones en pérdidas en productividad, además de ser directo responsable de 13.4 millones de DALYs (Disability-adjusted life year), se refiere a los años perdidos debido a enfermedad, discapacidad o muerte) alrededor del mundo.
Para llegar a estos resultados, analizaron los costos directos a la salud pública, las pérdidas en los negocios, y los DALYs que podían ser atribuidos a la falta de ejercicio físico. Fue así que se encontró la cantidad enorme de dinero que significa la falta de ejercicio.
De acuerdo a los investigadores, los resultados de este estudio proveen suficiente información para justificar la promoción del deporte físico entre los ciudadanos, para así reducir no solo el número de enfermedades, sino de dinero de los recursos del Estado.
Así que es totalmente válido plantear que el Estado privilegie y promocione la práctica del deporte como estrategia para ser más eficientes a nivel de salud pública, pero también a nivel económico.
La falta de actividad física es un costo oculto que terminamos pagando todos, así que no perdamos la oportunidad de movilizar a los nuestros y a quienes podamos persuadir de que ya no es un asunto solo de ellos, sino que nos concierne a todos.
Tolerancia cero con la flojera.
Publicar un comentario