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Hacia un capitalismo con legitimidad

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El presidente Roosevelt no fue socialista, pero su idea era que el capitalismo requiere legitimidad.
23 de septiembre de 2016
Red star
Por qué es importante
La jefe de Competencia de la Comisión Europea está haciendo historia al atreverse a cuestionar a las empresas y los países que consiguen acuerdos fiscales beneficiosos.

Philip Stevens, del Financial Times, en su brillante artículo How to save capitalism from capitalists recurre al primer presidente que le hizo frente a los grandes industriales del siglo pasado y estableció las primeras leyes anti-monopolios para hablar del trabajo que está haciendo Margrethe Vestager, política danesa, que desde hace un tiempo fiscaliza a los principales gigantes económicos y sus actividades en la Unión Europea.

Como menciona Stevens: “Roosevelt no era socialista. Su idea era que el capitalismo requiere legitimidad”.

El problema es que el capitalismo parece haber llegado a un punto de inflexión con la globalización. Las actividades transfronterizas, los monopolios y una indiscriminada búsqueda de rentas hace más difícil que los gobiernos puedan resolver las fallas del mercado y promover la justa competencia. Y una característica de los grandes empresarios es que no les gusta la competencia.

La tecnología y la globalización hoy facilitan la evasión y elusión fiscal y la competencia de rentas bajas entre estados. Esto ha degenerado en países con políticos que permiten abusos fiscales de grandes empresas y la intervención de lobbistas por temor a perder importantes inversiones.

Cuando esto ocurre se produce un desequilibrio que afecta a los consumidores y contribuyentes menos privilegiados.

Por ello, es destacable que desde que Vestager asumió el cargo de jefe de competencia de la Comisión Europea está investigando a Apple, Google, Amazon, Starbucks y McDonald’s. La investigación que pesa sobre el fabricante del IPhone ha dado como resultado que se le ordene pagar más de USD 13 mil millones en impuestos al gobierno irlandés. Vestager concluyó que se realizaron acuerdos fiscales con este país que les dio ventajas competitivas, lo cual viola normas de la Unión Europea sobre ayudas estatales.

Apple ha impugnado la decisión y su jefe ejecutivo, Tim Cook, la ha tildado de “basura política”. La empresa ha insistido en que es cuidadosa con sus obligaciones tributarias y busca que se confíe en su palabra.

La mala noticia es que el hecho que este tipo de situaciones se difunda, está permitiendo el ascenso de propuestas populistas de nacionalismo económico con medidas de control estatal para cerrarle puertas al capitalismo global, mostrándose como una solución inmediata y ganando la confianza de los ciudadanos. El ejemplo más conocido es Donald Trump en Estados Unidos.

Por eso, es importante que los gobiernos tengan una posición política y económica que defienda a los ciudadanos y busque la regulación justa de empresas abusivas.