IDEAS
La sed antes de dormir
Un equipo de científicos del McGill University Health Centre en EE.UU. ha descubierto que el reloj biológico del cerebro de los roedores sería el responsable de estimular su necesidad de consumir agua, al menos dos horas antes de dormir. Estos resultados implicarían que en el caso de los seres humanos nuestro reloj biológico regula una necesidad fisiológica pocas horas antes de dormir.
Contrario a lo que se pensaba, esta sed no es ocasionada por deshidratación. Los ratones necesitaban beber agua antes de dormir para guardar reservas y prevenir la deshidratación. Esto fue descubierto al privar a los ratones de agua en esas dos horas y ver que al despertarse estaban deshidratados, según ha dado a conocer el artículo de Science Daily, titulado Brain's biological clock stimulates thirst before sleep.
Para comprender el mecanismo que provoca esta respuesta, primero hay que saber que en el cerebro se encuentra un órgano sensor de hidratación que alberga las neuronas de la sed. Basándose en esto, investigaron si es que estas neuronas estaban conectadas con el núcleo supraquiasmático, zona del cerebro (hipotálamo) que regula los círculos circadianos. Este núcleo es lo que conocemos coloquialmente como reloj biológico.
Una pieza clave para explicar la conexión, según el equipo investigador, es la hormona antidiurética, que es segregada por el hipotálamo. Para probarlo utilizaron “células rastreadoras”, especialmente diseñadas para emitir fluorescencia cuando la hormona esté presente.
Las células fueron implantadas en el tejido cerebral de los roedores y el núcleo supraquiasmático recibió estimulación eléctrica. Esto dio como resultado un aumento en el rendimiento de las células rastreadoras, lo que confirmó que la hormona era liberada en esa área por estimulación del núcleo. Pero aún faltaba probar que la hormona antidiurética era la que estimulaba las neuronas de la sed. Los investigadores utilizaron la optogenética, una técnica que utiliza rayos láser para encender o apagar las neuronas.
Para el experimento se emplearon ratones a los que se modificó genéticamente para que sus hormonas antidiuréticas contengan moléculas que se activan con la luz. Efectivamente, la hormona activaba las neuronas de la sed.
A partir de este experimento en ratones, podemos observar por primera vez como nuestro reloj biológico regula una función fisiológica. Esto nos lleva a entender lo relevante que es para nuestro organismo seguir los ciclos circadianos, y nos ayuda a comprender lo negativo que es alterar nuestros ciclos naturales por situaciones comunes como la descompensación horaria y los trabajos de rotación de turnos.
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