IDEAS
Actuar por la Tierra o pensar en Marte
Luego de que se conociera que el empresario Elon Musk tiene planeado llegar a Marte en una década, para lo cual viene trabajando en su compañía de cohetes espaciales SpaceX, muchos ha compartido el entusiasmo de Musk, pero otros han señalado que es un gran error pensar en conquistar un planeta alterno y llevar vida a este, antes que en salvar el que tenemos.
Entre estos últimos está la revista The Economist y lo ha hecho en su artículo For life, not for an afterlife, en el cual se pregunta ¿por qué no se piensa en salvar el planeta en vez de pensar en abandonarlo?
Como se sabe, Elon Musk, expuso a fines de setiembre sus nuevos planes para unas naves con la capacidad de transportar alrededor de 100 pasajeros y que puede reabastecerse tanto en Marte como en órbita, cuyos boletos para este viaje costarán USD 200 mil.
La muerte siempre ha rodeado al planeta Marte. Desde las teorías de Percival Lowell, astrónomo norteamericano, que mencionaba que este moría de desertificación hasta las ficciones de escritores como H.G. Wells y su libro “La Guerra de los Mundos”, en el que marcianos traen la muerte a nuestro planeta. Por el lado de la ciencia, las cosas son similares, las sondas espaciales enviadas evidencian que el planeta rojo es un lugar frío y sin aire, un planeta muerto.
La motivación de Musk podría ser la angustia existencial de que la Tierra en algún momento va a extinguirse, y su plan es el respaldo para ello. El astrofísico Stephen Hawking también piensa en esta posibilidad y señala que si los humanos nos quedamos en un mismo planeta pereceremos frente a un supervirus, una gran guerra nuclear, o alguna inteligencia artificial que busque eliminarnos.
Desde la perspectiva de The Economist, si bien como predicen algunos, la Tierra en el largo plazo se volverá inhabitable, aún faltan unos mil millones de años, por lo que preocuparse por eso ahora es insano.
Ciertamente, una pandemia natural, o creada artificialmente, podría matar miles de millones, al igual que una guerra nuclear o el cambio climático. Pero, ni las guerras ni las enfermedades han logrado eso hasta ahora, ya que para que se produzca una extinción es necesario que absolutamente todos mueran.
En cuanto a las amenazas fuera de este mundo, un asteroide podría eliminarnos completamente, como sucedió con los dinosaurios. Pero actualmente hemos desarrollado sistemas que rastrean las órbitas de estos, y en el futuro más cercano no hay ninguno cerca. Y en el caso de aparecer alienígenas que busquen eliminarnos de la faz de la tierra, seguramente también lo harían en un planeta como Marte.
Queda claro para The Economist que pensar en una extinción inminente más que irreal es un despropósito. Sería mucho mejor que los más brillantes y mejores seres humanos dediquen esfuerzos a resolver los problemas que aquejan nuestro planeta en vez de querer abandonarlo por esa angustia y miedo a morir.
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