IDEAS
Crisis espiritual en el mundo moderno
La sociedad estadounidense, al igual que muchas estructuras sociales capitalistas, está basada en la meritocracia. Esto significa que la sociedad gira en torno a qué tan bueno es alguien en algo. En este caso, qué tan bueno es alguien al trabajar y obtener dinero por lo que hace. Sin embargo, es esta mentalidad la que está dando lugar a una serie de problemas, según afirma el artículo de The Atlantic, titulado “The Spiritual Crisis of the Modern Economy”, sobre el que se inspira esta nota.
El grupo generacional de personas blancas mayores de 50 años ha sido duramente criticado en estas últimas elecciones en Estados Unidos, debido a que gran parte de la gente, les echa la culpa de que Trump haya sido elegido como presidente.
Dentro de este grupo hay porcentajes importantes de personas que se consideran marginadas en muchos casos porque no tienen trabajo o este último no es suficientemente bueno. Como se sabe, en una sociedad capitalista es bueno lo que funciona. Alguien sin un título universitario ni un trabajo con paga decente no funciona como lo hace alguien que sí ha aprendido y trabajado toda su vida. Precisamente eso es lo que ocurre con quienes están marginados.
La brecha que se ha creado entre el grupo “beneficiado y bien leído” y el de los marginados sin trabajo es lo que evidencia la crisis de la meritocracia. Aquellos que no tienen un título son como parásitos que se aprovechan del gobierno y que no deberían seguir viviendo en Estados Unidos, pero aquellos que sí cumplen los requisitos, y estudian y trabajan creen que valen según lo que hacen. Gracias a esto, las personas miden cuánto valen comparándose constantemente con quienes los rodean. Esto crea un ambiente hostil de competencia en el que Estados Unidos se ha basado durante años. Además, este sistema crea ganadores constantemente: personas que compiten siempre por tener una mejor posición. Pero, también crea perdedores: personas que creen que no valen nada porque no tienen nada comparado con sus vecinos con dinero y éxito.
Si bien esta forma de pensar y estructurar la sociedad funciona para que el país avance, las personas han empezado a preguntarse si ese es el mejor modelo desde el punto de vista humanitario.
Si la respuesta es positiva, lo que hay que hacer es encontrar la mejor manera de buscar un lugar para los marginados o “perdedores”, porque de lo contrario, en el largo plazo se seguirán profundizado las brechas en la sociedad.
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