HISTORIAS
El mayor malentendido de los musulmanes
Las recientes políticas migratorias del presidente estadounidense, Donald Trump, han revivido un viejo debate acerca de una de las principales religiones monoteístas del mundo: el islam. Estados Unidos parece estar completamente dividido respecto a este tema desde los sucesos del 11 de septiembre. Luego del atentado, muchos pensaron que era necesario devolver la guerra a los países musulmanes, mientras que otros protestaron, diciendo que el conflicto no resolvería nada.
Hoy en día, uno de los argumentos más comunes, es el de que “no todos los musulmanes son iguales”. Claramente refiriéndose al hecho que no todos los musulmanes son extremistas, o que no todos quieren cometer atentados. En un reciente artículo, titulado “A historian of islam explains the greatest misconception people have about Muslims”, Business Insider defiende este argumento.
En una entrevista con Chase F. Robinson, historiador de la tradición islámica y autor del libro “Islamic Civilization in Thirty Lives”, él explica lo que considera el más grande malentendido de esta religión.
Robinson señala que la confusión más grande generada a partir del islam, es la creencia equivocada de que todos los musulmanes tienen una serie de reglas, prescripciones, doctrinas o dogmas pactados que no pueden romper, es decir, que el islam hace que todas las personas pertenecientes a este se inclinen a ciertos tipos de pensamientos políticos. Si esto fuera cierto, ningún musulmán hubiera protestado por los distintos atentados que se han perpetuado en el mundo en los últimos años, si no que los hubieran defendido y avalado en todos los casos.
Un buen ejemplo de cómo esto se aplica se encuentra en la ley sharia, afirma Robinson. La ley sharia es una serie de escritos que abarca absolutamente todos los aspectos de la vida musulmana. Toca temas desde herencia, pasando por matrimonio, hasta cómo encargarse de los huérfanos. Sin embargo, esta ley no es completamente seguida por todos los musulmanes. En Azerbaiyán, por ejemplo, sólo 1 de cada 10 musulmanes acepta la ley como obligatoria, mientras que en Afganistán, 9 de cada 10 musulmanes sí lo hace. En otras palabras, el islam depende mucho del lugar donde se practique.
Se puede apreciar que, incluso en cuestiones tan fundamentales e inherentes de la religión musulmana, sus miembros se sienten divididos. Robinson reitera que ejemplos de esta clase hay muchos, y que los musulmanes no son todos iguales ni desean lo mismo. Sin embargo, el tema sigue siendo complicado. Si sólo uno de cada 10 musulmanes que entran a un país quieren cometer un atentado, ¿sería lógico dejar entrar a todos? Sin duda se requiere de mayor evaluación y estudio al respecto.
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