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El futuro de la inteligencia artificial
Durante muchos años, Terminator se mostró como un futuro terrorífico pero lejano. Un mundo en el que las máquinas habían tomado control de la Tierra, eliminando a casi todos los humanos, debido a que se habían vuelto demasiado inteligentes. Estas habían determinado que, en algún momento, los humanos desearían eliminarlas, por lo que habían optado por actuar primero.
Sin embargo, las posibilidades de que esto sucediera eran mínimas, ya que la tecnología aún no se encontraba tan desarrollada como hoy en día. Pero, es precisamente debido a este avance que el futuro planteado por Terminator se hace cada vez más posible. Todos los años, la inteligencia artificial se hace más fuerte, hasta el punto que podría llegar un momento en el que la línea entre ficción y realidad se borre completamente, afirma el artículo de ZME Science, titulado “Google’s Deepmind artificial intelligence learns to be greedy and aggressive when resources are scarce”, sobre el que se inspira esta nota.
El proyecto Google Deepmind (GD) de inteligencia artificial es distinto al resto porque, en vez de cumplir una función específica, sus máquinas aprenden con la experiencia. Es gracias a esto que el año pasado fue capaz de vencer al campeón mundial de Go, Lee Sedol. Sin embargo, la inteligencia del GD podría llegar hasta un punto en el que controlarla sea sumamente complicado. Muchos críticos de esta tecnología afirman que el momento en el que la humanidad se encuentre perdida, será el momento en el que la inteligencia artificial se vuelva más capaz que los humanos. Pero, con el número creciente de rasgos humanos obtenidos por GD, esto no parece algo tan lejano.
Recientemente, GD aprendió a ser codicioso y agresivo si es que la situación lo demandaba. El equipo a cargo del proyecto puso al GD a jugar un video juego, cuyo objetivo consistía en recolectar manzanas. Para este, se utilizó dos agentes de la inteligencia artificial (bautizados “Rojo” y “Azul”). Ambos aprendieron a comportarse racionalmente y a recolectar manzanas. Mientras más fruta recolectasen, mayores serían los premios. Pero, también tenían la posibilidad de disparar a su oponente para evitar que recolecte, lo cual no les daba ningún premio.
Los encargados encontraron que cuando las manzanas eran abundantes, ambos agentes coexistían pacíficamente. Sin embargo, cuando las manzanas eran escasas, ambos aprendieron dos cosas: que su labor personal era más importante que la del otro, y que disparando al otro podían conseguir más manzanas, además del triunfo. De esta forma, ambos optaron por dispararse mutuamente. Lo curioso es que llegaron a esta conclusión por sí mismos.
Esto lleva a un problema en el futuro inmediato, en el que probablemente las inteligencias artificiales empiecen a encargarse de labores específicas, como el control de los semáforos o la calidad del aire. Sin embargo, ¿qué sucede cuando ambas labores chocan o se contraponen?, ¿cuál de las dos es más importante y por qué? Dependiendo de cómo decidan responder las inteligencias artificiales, podríamos estar ante un futuro brillante o uno complicado.
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