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Los préstamos vehiculares estarían fuera de control

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La deuda generada por créditos vehiculares en EE.UU. alcanzó un nuevo récord al cierre del año 2016 con un total de USD 1.16 millones de millones en préstamos.
22 de febrero de 2017
Red star
Por qué es importante
Un mayor número de autos nuevos y caros en las calles no es necesariamente reflejo de la bonanza económica de las personas.

El parque automotor ha crecido sustancialmente en los últimos años. Basta con mirar alrededor para darse cuenta de que cada vez hay más vehículos nuevos en circulación, especialmente vehículos de lujo. Esto podría parecer una buena señal a simple vista, pero esconde un serio problema.

Un mayor número de autos nuevos y caros en las calles no es necesariamente reflejo de la bonanza económica de las personas. Lo que ocurre es que cada vez es más fácil acceder a un préstamo crediticio para adquirir un carro gracias a las facilidades que brindan las propias compañías automotrices. El problema detrás de esto es que muchas de las personas a las que se les otorga el préstamo no están en capacidad de pagar. Esto estaría afectando seriamente al mercado automotriz y a la economía en conjunto, especialmente en Estados Unidos, afirma Bloomberg en su artículo “The next finantial crisis might be in your driveway”, sobre el que se ha creado esta nota.

Estados Unidos se caracteriza, entre otras cosas, por su record de préstamos financieros a los que sus ciudadanos acceden para adquirir inmuebles y costear sus estudios universitarios. A esto se le ha sumado, en los últimos años, el deseo de renovar sus vehículos con mayor frecuencia de la necesaria, por supuesto, a través de un préstamo. Pero, esto último es relativamente complicado de lograr por medio de un banco debido a que, el americano promedio suele tener préstamos inmobiliarios y universitarios, así como hipotecas, lo cual lo hace poco atractivo como sujeto de crédito.

Ante la negativa de las entidades bancarias, la industria automotriz se ha visto obligada a encontrar una manera de apoyar a sus potenciales compradores. Sin embargo, la proyección de expandir su mercado parece haberlos cegado pues optaron por otorgar los préstamos necesario por su cuenta. Esto ha llevado a que muchas más personas puedan adquirir el auto de sus sueños, aun cuando no tengan los recursos necesarios para amortizar sus deudas más adelante.

La deuda generada por créditos vehiculares en Norteamérica alcanzó un nuevo récord al cierre del año 2016 con un total de USD 1.16 millones de millones en préstamos, de acuerdo a cifras del Federal Reserve Bank of New York. Esto significa que, en promedio, cada una de las personas que cuenta con licencia de conducir en Estados Unidos, debe USD 6 100. Tales cifras son lo suficientemente alarmantes como empezar a hablar de una burbuja financiera.

Las únicas afectadas en esta situación son las empresas automotrices que accedieron a otorgar los créditos a sus compradores porque mientras estas los disfrutan, las compañías empiezan a hundirse en un mar de moras y préstamos que no se cancelan.

Quizá sea prudente implementar un filtro de selección más estricto para determinar quiénes son sujetos de crédito y quiénes no. Solo así se podrá evitar que más personas accedan a préstamos que no pueden costear. De lo contrario, la burbuja continuará creciendo al punto en que ni las compañías ni la economía podrán soportarlo.