HISTORIAS
Lenguaje de signos en conciertos
Lo que diferencia un concierto de los demás eventos es que en él las personas tienen la oportunidad de disfrutar en vivo de la música que tanto les gusta. Los movimientos, los gritos, saltos, improvisaciones, el contacto con el público, entre otros factores, son los que conforman una experiencia que podría ser inolvidable.
Lamentablemente, existe una parte de la población que no es capaz de disfrutar un evento como este. Un concierto es una experiencia visual tanto como sonora, los sordos no son capaces de vivir esta experiencia en su totalidad. Sin embargo, esto podría estar a punto de cambiar gracias a un grupo de personas, afirma el artículo de Vox, titulado “How sign language innovators are bringing music to the deaf”, sobre el que se inspira esta nota.
Desde 1990, el Gobierno de Estados Unidos hizo obligatoria la presencia de intérpretes en los conciertos, de manera que los asistentes sordos pudieran participar de alguna forma. No obstante, en el idioma tradicional de signos, “música” consiste en señalar la oreja y luego hacer movimientos con los brazos como si se tocara un violín. Esto quiere decir que, si una persona sorda asiste a un concierto, la información que podría obtener del interprete sería muy poco útil. Claramente, la persona en cuestión es consciente de que alguien está tocando un instrumento o cantando una melodía.
Sin embargo, personas como Amber Galloway Gallego, quien pertenece a un grupo de intérpretes de lenguaje mudo, desea combinar las señas con la emoción del momento. Por ejemplo, cuando se está realizando un solo de guitarra, Galloway hace movimientos con los brazos como si estuviera tocando una guitarra, pero, además, mueve la boca simulando el sonido que se escucha. Según ella, los movimientos específicos de la boca, combinado con el movimiento de su mano, da a entender a la persona sorda cómo es el sonido, tanto timbre como frecuencia, además de otras características.
Además, Galloway también ha desarrollado una técnica para descomponer las letras de las canciones y convertirlas a lenguaje de signos. Su interpretación es sumamente específica y cambia dependiendo de la música. Por ejemplo, una canción de rap rápida es interpretada por signos rápidos y al ritmo de la canción, acompañados por movimientos rápidos y pequeños del cuerpo. Por otro lado, el himno nacional estadounidense cantado por Whitney Houston es solemne, pero con la energía de la cantante simbolizada en movimientos espaciosos.
Galloway afirma que, si los interpretes tienen la capacidad de darle a los sordos una experiencia más cercana a la realidad en un concierto, deberían hacerlo. De lo contrario, no estarían siendo justos con su público.
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