PERSONAS
Ropa anti acosadores
Como parte de una campaña de publicidad que la compañía Sweppes contrató a la agencia Ogivly, se creó un vestido sensible al tacto y que permitía rastrear la frecuencia y el grado de intensidad con la que una mujer era acosada en una noche promedio de fiesta en un club nocturno.
El proyecto se denominó “The Dress for respect” y consiste en incorporar tecnología de sensores a un vestido y que luego esa información pudiera ser visualizada en un sistema que permitía advertir el acoso en tiempo real.
Los investigadores probaron esta vestimenta enviando a tres mujeres que lo llevaban puesto una noche y luego pudieron visualizar el mapa de calor en su cuerpo y brazos, lo cual significa todas las veces en que estas han sido tocadas por hombres.
De acuerdo al artículo de Quartz, titulado Researchers built a Smart dress to show how often women are groped at clubs, el resultado fue sorprendente y se concluyó que en menos de 4 horas, las mujeres eran tocadas 157 veces.
El experimento incluyó socializar estos dados con los varones que habían asistido al club nocturno y estos se mostraron sorprendidos ante la evidencia de la forma en que las mujeres eran agredidas en estos establecimientos.
Claramente, este tipo de iniciativa podría demostrar sin lugar a cuestionamientos, lo que ocurrió con el Congresista de la República que hoy es cuestionado por tocamientos indebido a una tripulante de una aerolínea. Sin embargo, en lugar de reconocer su delito, ha tratado de poner en duda la denuncia realizada.
Si la tripulante hubiese vestido una prenda con estos sensores, podría poner en evidencia, que los tocamientos no fueron casuales o no intencionales, porque permitiría identificar el grado de intensidad de la agresión, lo cual podría identificar cuando es un roce casual o con dolo y alevosía.
Sin embargo, el problema en este caso es que no se debería necesitar que las mujeres vistan prendas con sensores, que ya de por sí es un caso extremo, sino que los varones deben respetar a las mujeres y no permitirse tocarlas en ningún lugar.
Ningún hombre puede asumir que tiene derecho a tocar indebidamente a una mujer, aun cuando esta se encuentre en un club nocturno, bar, transporte público u otros.
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