El financiamiento tiene género

En los últimos años, las rondas de financiación se han convertido en la forma preferida de nuevas empresas (startups) para conseguir dinero de inversores, ya que es más fácil de obtener en comparación a una de tipo bancaria.

De acuerdo a la situación de la empresa, existen diferentes tipos de rondas: ronda semilla, serie A, serie B y serie C, que pueden ser entendidas como niveles en el proceso de convertir una idea en una empresa global. La ronda semilla es la que permitirá transformar una idea en negocio, los fondos de la serie A se utilizan para contratar empleados y empezar a generar ingresos, los fondos de la serie B buscan incrementar el valor de la empresa y los ingresos obtenidos y, los fondos de la serie C tienen como objetivo obtener liquidez para el desarrollo de nuevos productos.

Actualmente, las desigualdades existentes entre hombres y mujeres persisten en diferentes ámbitos, uno de estos es precisamente el acceso a financiamiento. En el caso de las rondas de financiación, según el artículo de (Forbes, 2019), sólo el 0.5% de las mujeres fundadoras de empresas superan una ronda de financiación de la serie C.

Pese a esta problemática, según el mismo artículo, la industria tecnológica puede contribuir a solucionar los problemas que enfrentan las mujeres en la recaudación de fondos. Entre las soluciones tecnológicas se encuentran las comunidades digitales que reúnen a fundadoras de empresas para compartir recursos, plataformas que identifican y presentan opciones de inversión impactantes y herramientas de previsión y planificación empresarial.

La conciencia sobre la brecha de género se hace cada vez más grande, sobre todo al darnos cuenta que  ningún país, organización o economía puede desarrollar todo su potencial si la participación igualitaria de mujeres y hombres. Además, una forma en que se puede ayudar la lucha por la igualdad de las mujeres es promoviendo su inclusión financiera.