El coronavirus y los murciélagos

La OMS acaba de declarar el coronavirus como una “emergencia de salud pública” porque su expansión se ha vuelto incontrolable y ya hay países como los EEUU o Japón que han declarado riesgo de nivel alto y recomiendan a sus connacionales no viajar a China, además de los que impiden el ingreso de ciudadanos chinos a su territorio como es el caso de Hong Kong.

¿Qué ha provocado el coronavirus que ya cobró la vida de 213 personas?

Según un reciente artículo de IbTimes, titulado Coronavirus Update: Did the Deadly Disease Originate in Bats?, parece que la respuesta estaría en los murciélagos.

Quienes han visitado Wuhan saben que esta ciudad alberga un gran mercado donde se ofrece a la venta todo tipo de animales salvajes, entre los cuales hay serpientes, murciélagos, entre otros.

Por eso, los científicos creen que la enfermedad podría haberse originado en murciélagos slavajes. Para avalar su tesis, los investigadores estudiaron 10 secuencias del genoma del nuevo coronavirus que se llama 2019-nCoV a partir de nueve casos de pacientes infectados.

Las secuencias del genoma eran casi iguales y compartían 99.98% de la misma secuencia genética. Precisamente, esto es lo que los ha llevado a pensar que el virus se ha trasladado a los humanos recientemente.

En los primeros casos del virus, las personas infectadas trabajaron o compraron en el mercado de Wuhan de Huanan, donde se venden muchos animales salvajes. Sin embargo, los murciélagos no se han vendido en ese mercado en los últimos tiempos.

Por ello, la propagación de la enfermedad podría atribuirse a las serpientes u otro animal que se vendieron en el mercado de Wuhan y serían los causantes de la enfermedad.

En cualquiera de los casos, resulta evidente que hay todo un reservorio de virus oculto en animales salvajes que pueden contagiar a los seres humanos a través de vacas, gatos y murciélagos. Estos últimos ya fueron la fuente de otras tres pandemias: ébola, síndrome respiratorio del Medio Oriente y el Nipah.

Los mercados son una fuente de transmisión que permite trasladar el virus de animales a seres humanos. Así ocurrió con el SARS, síndrome respiratorio agudo severo o coronavirus que mató a casi 800 personas entre 2003 y 2004.  

La principal forma de abordarlo es regular el comercio ilegal de animales vivos.