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¡Qué tal palta!
Como es sabido, la popularidad de la palta se ha elevado enormemente en los últimos años. Faltaría poco más para que alguna productora decidiera dedicarle una película, y es que su demanda ha aumentado vertiginosamente en todas las partes del mundo pasando de Estados Unidos a Nueva Zelanda. Sin embargo, esto no es necesariamente una buena noticia.
Podríamos decir, que la palta se ha vuelto demasiado popular para su propio bien. Es decir, la demanda excesiva está causando ciertos estragos a lo largo del mundo, afectando a la cadena de producción, importación y exportación del producto. Algunos de los países productores están sufriendo poca producción, mientras que en otros países están empezando a robar paltas para venderlas clandestinamente, según da cuenta un breve artículo de Quartz titulado “The great global avocado trade flow chart”.
La conocida fruta ha llegado a introducirse de tal forma en la alimentación de millones de personas en el mundo que hoy se puede utilizar prácticamente en todo: emparedados, ensaladas, hamburguesas, entre otros. Sin embargo, se está a empezando a demandar más de lo que se puede producir, lo cual es un gran problema porque en realidad son cuatro países los que concentran el 80% de la exportación mundial de paltas en el mundo, siendo México, Perú, Holanda (de otros europeos) y Chile los cuatro principales.
México es el país que recientemente ha empezado a encontrar problemas para producir la cantidad de palta que debe entregar a los países a los que la exporta. Esto, a su vez, hace que los precios se disparen, haciendo más difícil comprarla. Sin embargo, también puede llevar a lo que está sucediendo en Nueva Zelanda que ha visto desencadenarse una ola de criminalidad debido a la falta de palta en el país. Esto lleva a que delincuentes roben la fruta para luego venderla clandestinamente. El problema es que esta no siempre ha sido revisada y podría estar contaminada.
Esperemos que esta situación de escasez cambie pronto, de lo contrario quién sabe si la situación que ocurre en Nueva Zelanda podría repetirse en otros países.
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