La demanda de cobalto

El cambio climático ha impulsado a los países a buscar nuevas alternativas amigables con el medio ambiente como es el caso de la industria automotriz que busca pasar de producir automóviles impulsados por combustibles fósiles a producir vehículos eléctricos, lo que ha generado una disminución de la demanda de gasolina, diésel y otros combustibles similares.

Pero ¿Qué trae consigo el uso de vehículos eléctricos? La respuesta es el incremento de insumos como el cobalto, empleado en las baterías recargables de este tipo de vehículos, pero también en otros productos como es el caso de la electrónica móvil. (World Economic Forum, 2020)

El cobalto está alcanzando un gran protagonismo en la búsqueda por alcanzar una economía verde, sin embargo, un estudio del Banco Mundial, “Minerals for Climate Action: The mineral intensity of the clean energy transition”, estima que, para satisfacer esta demanda, la producción de cobalto deberá crecer un 450% de 2018 a 2050, con el fin de mantener los aumentos de temperatura promedio global por debajo de 2 °C. El problema de la necesidad de incrementar la producción es que solo el 2% proviene de una mina, mientras que el 60% proviene de la República Democrática del Congo cuyo panorama es de inestabilidad política poniendo en riesgo la disponibilidad de este insumo.

Si bien es cierto se está buscando nuevas alternativas que reduzcan la necesidad de uso del cobalto aún no se sabe que tan rápido se pueda lograr este objetivo, por lo que actualmente se ha encontrado en la minería en aguas profundas el potencial para el suministro de cobalto y otros metales, reduciendo así el costo de estas materias primas.

Pero ¿qué tan perjudicial es este tipo de minería? Aún hay un limitado conocimiento del impacto que pueda tener tomando en cuenta el limitado conocimiento de las profundidades marinas y los ecosistemas existentes. Ante esto, el Parlamento Europeo, los primeros ministros de Fiji, Vanuatu, Papua Nueva Guinea y más de 80 organizaciones han pedido una moratoria sobre la minería en aguas profundas, por lo menos hasta que se cumpla un conjunto de criterios de precaución.

Seguir adelante o no es la discusión actual respecto a minería en el fondo del océano, en tanto la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos ha redactado reglamentos de explotación de minerales de aguas profundas que se deben aprobar en su asamblea de octubre de 2020 o en su asamblea de 2021.