El efecto de las pantallas en nuestra vista

Me pican los ojos o siento que me arde la vista. El oculista dice que tengo ojo seco. Y muchas afirmaciones similares se han vuelto cotidianas entre las personas que conocemos.

Sin embargo, pocos se preguntan si estas afecciones tienen algo que ver con el uso que damos a las pantallas de las computadoras, tabletas, teléfonos móviles o televisores, aun cuando todos saben que a lo largo de todo el día, la mayoría de personas pasan de un dispositivo a otro, sin pensar que así como el cuerpo se puede cansar, la vista también lo hace.

En algunos países, esto ya se ha convertido en un problema. Recientemente, el Colegio Oficial de Ópticos Optometristas de Cataluña, señaló que cerca del 70% de trabajadores españoles sufre de fatiga visual y la causa no es otra que el exceso de exposición frente a las pantallas.

El mayor problema es que todo esto está dando lugar a otro tipo de problemas visuales. Las tasas de miopía están aumentando en el mundo, dice un artículo de Expansión, titulado “¿Cómo podemos proteger nuestros ojos frente a las pantallas?”, donde se señala que en Europa la mitad de los jóvenes entre 25 y 29 años ya son miopes.

Felizmente, hay algunas recomendaciones que las personas pueden seguir para aliviar las consecuencias de la sobre exposición a las pantallas. Se trata de la regla 20-20-20, que significa que cada 20 minutos miremos algo ubicado a 20 pies de distancia (5 o 6 metros) durante 20 segundos.

Lo otro que también funciona muy bien es el parpadeo, sin embargo, cuando las personas están frente a un ordenador reducen la frecuencia del parpadeo. La falta de este es lo que provoca la sequedad ocular.

Así que lo recomendables es mantener el ritmo natural de parpadeo que es cada 4 segundos y eso asegurará la lubricación ocular. Los jóvenes muchas veces tardan en sentir este tipo de afecciones, pero los mayores terminan requiriendo gotas lubricantes para contrarrestar la sequedad que genera la falta de parpadeo.

Finalmente, hay que evitar la luz azul para reducir las posibilidades de sufrir de estrés visual o degeneración macular asociada a la edad.