IDEAS
La reducción de pérdidas y desperdicios y la seguridad alimentaria
Cuando un productor tiene una buena cosecha que en su mayoría puede venderla como de primera calidad y casi no tiene pérdidas, sus ingresos mejoran y, por lo tanto, la seguridad alimentaria de su familia también. Si esto ocurre con todos los productores de su zona, habrá una mayor disponibilidad de alimentos y los precios tenderán a bajar, lo cual permitirá que todas las familias de los alrededores puedan comprar una mayor cantidad de alimentos.
Precisamente, un reciente estudio a nivel mundial de la Universidad de Colorado en Boulde, EEUU, y publicado en la revista Nature Food, señala que reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es bueno para aumentar el acceso a alimentos a la población porque los precios bajan, pero podría no tener beneficios medioambientales.
Esto modifica la creencia que la reducción de estas pérdidas y desperdicios contribuye a reducir el impacto ambiental del sistema alimentario, en la medida que representan hasta el 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero del sistema alimentario mundial y el 6% de las emisiones totales en todo el mundo, según destaca el Diario La Voz de Argentina.
El estudio analizó la pérdida de alimentos (dañados o estropeados antes de llegar a los minoristas) y el desperdicio (estropeados o tirados por los consumidores o minoristas).
La líder del equipo, Margaret Hegwood, candidata al doctorado en CIRES/CU Boulder, afirmó que el análisis realizado tomó en cuenta todo el panorama de la reducción del desperdicio, esto es, que más alimentos disponibles tendrían un efecto en los precios y eso podría provocar un mayor consumo de la población, lo que compensaría el beneficio de la reducción de las pérdidas y desperdicio en la seguridad alimentaria.
Además, la investigadora advierte que los escenarios de análisis deben tomar en cuenta el tipo de alimentos de que se trata, los hábitos de consumo, entre otros.
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