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La crisis del salmón silvestre
La explicación que existe sobre el declive de salmones en el Atlántico Norte es que la especie está bajo amenaza por las granjas de salmones que dejan escapar ejemplares enfermos que terminan en el mar reemplazando a las especies silvestres, lo que podría implicar la extinción de estas últimas afirma en una nota el Diario The Guardian de Reino Unido.
Según los expertos noruegos, se está reemplazando el salmón silvestre con salmón procedente de granjas y a lo largo del tiempo, esto promoverá que se pierda la capacidad de adaptación de las especies silvestres a las condiciones medioambientales locales.
Por ello, reclaman un manejo diferente que permita separar las granjas de las poblaciones silvestres, así como cambiar ciertas tradiciones de los ingleses que cierran ríos tres semanas para abrir la estación de pesca de salmón en junio, lo que podría haber contribuido con el declive de la población más rápido.
Esto significa que si bien hay decisiones de política de manejo que deben implementarse, también hay cambios culturales que se necesita promover no solo en Noruega sino en todos los países que albergan las poblaciones de salmones.
Los representantes de la Industria Pesquera de Noruega han señalado que son conscientes de que su actividad genera un impacto, pero consideran que las granjas de salmones son más eficientes. Sin embargo, quienes cuestionan su actividad en la medida que permiten la fuga de especies incluso enfermas, advierten que deberían tener granjas con tecnología que evite la interacción con especies silvestres. Para ello, lo más importante es una legislación más estricta, similar a la que estableció Canadá.
El Gobierno noruego está trabajando en un nuevo Libro Blanco de Acuicultura que plantee soluciones que sean amigables con el medio ambiente, más costo eficientes y que sean compartidas por todos los actores.
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