Las malaguas podrían invadir los océanos

La sabiduría de los pescadores artesanales, más por experiencia que por ciencia, es capaz de describir lo que le ocurre al mar sin necesidad de mayores artilugios. Para ellos, la excesiva presencia de medusas o malaguas en el mar, es una señal de que el agua está a mayor temperatura y que no habrá buena pesca sobre todo de las especies que prefieren aguas más frías.

Para los científicos, la excesiva presencia de medusas tiene otras connotaciones y es el reflejo de la forma en que el ser humano está tratando a los océanos a través de la sobrepesca, la captura de sus depredadores como las tortugas y la contaminación que lleva a la pérdida de oxígeno en el mar, que solo estos invertebrados son capaces de tolerar con relativo éxito.

Es como si su presencia hiciera recordar al ser humano lo que nos espera si es que no se hace algo para luchar contra el cambio climático y la sobrepesca que está afectando los océanos.

Lucas Brotz de la University of British Columbia, señala que en general las medusas son bastante adaptables a entornos cambiantes, aunque hay algunas que toleran mejor las condiciones duras y cuando estas mejoran, se reproducen rápidamente hasta proliferar porque se pueden clonar asexualmente y esto les permite hacerlo masivamente.

Brotz, publicó en 2012 el estudio "Increasing jellyfish populations: trends in Large Marine Ecosystems", sobre los cambios en la población de medusas, que confirmó el incremento sustancial de su presencia respecto a información de 1950, lo cual tiene innumerables consecuencias para las personas y los ecosistemas, sobre todo al advertir que si no se hace algo para reducir los factores que favorecen su incremento, el futuro será sin pescado y solo habrá medusas.

Por ahora los científicos no pueden ser categóricos en afirmar que este fenómeno es ya una tendencia mundial porque a diferencia de otras especies, no hay registros sobre sus volúmenes históricos. Sin embargo, en los lugares donde estos existen, la evidencia es que las poblaciones han aumentado.

Por ejemplo, hay información del Mar Mediterráneo donde los registros revelan mayor presencia de medusas; y, también se sabe de las consecuencias de su proliferación como lo que ocurrió en el Mar Negro que destruyó la industria pesquera. Eso es lo que hay que seguir estudiando para determinar si no se trata de un ciclo natural y no existe una amenaza real de que terminen por dominar el océano.

Para Brotz, un amante de las medusas, no hay que verlas como el equivalente a las cucarachas en la tierra, sino como los seres hermosos que son, porque el problema no lo generan ellas sino los seres humanos.