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El ejercicio retarda el envejecimiento
Según un estudio reciente publicado en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise, cualquier tipo de actividad física podría retrasar el envejecimiento de nuestras células. Este mismo estudio también señala que el momento crítico para retrasar el envejecimiento haciendo ejercicio es a partir de los 40 años.
Por supuesto que para hablar de velocidad del envejecimiento de las células hay que tener muy claro cuál es la edad de estas. Para esto, los científicos miden la longitud de los telómeros. Los telómeros son una parte de las células que se cree cumplen con la función de proteger el ADN durante los procesos de división y multiplicación de células. Cuando las células envejecen, los telómeros se acortan y debilitan. Sin embargo, este proceso puede ser acelerado por la obesidad, por el consumo de cigarrillos, por las diabetes y otros aspectos típicos del ritmo de vida de una persona.
El estudio de los investigadores de la Universidad de Mississippi y de la Universidad de California coincidieron con estudios pasados que ya vinculaban telómeros más largos en las personas que realizan actividad física que en las que tienen una vida sedentaria.
Sin embargo, a diferencia de los estudios anteriores que cubrían muestras pequeñas y poco representativas del universo poblacional, en la investigación descrita de trabajaron con datos de 6,500 pacientes que tenían edades entre los 20 y 84 años que provenían de análisis de sangre y de las respuestas a un cuestionario. Por un lado, los análisis de sangre permitiían medir la longitud de los telómeros. Por otro lado, el cuestionario permitía determinar si el participante tenía o no actividad física y, de ser el caso, la intensidad de esta.
Los resultados fueron sorprendentes: si una persona reportaba haber realizado dos tipo de ejercicios, la probabilidad de que tenga telómeros más cortos era 24% menor; si realizaba 3 tipos de ejercicios, 29% menor; y si realizaba hasta 4 tipos de ejercicios, 59% menor.
Lo que hacía más interesante aún estos resultados es que estas relaciones eran más pronunciadas en personas con edades entre 40 y 65 años, lo que indicaría que a partir de los 40 años es clave hacer ejercicio para evitar que los telómeros se acorten o debiliten.
Como todo estudio, este requiere profundizarse pues todavía no se ha conseguido establecer una relación de causalidad entre el ejercicio y el envejecimiento. Sin embargo, lo que sí han quedado son razones suficientes para hacer ejercicio con más frecuencia. ¿Te animas?
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