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El futuro de la agricultura
Un reciente informe de Newsweek, The Future of Farming, aborda las alternativas que tiene el mundo para afrontar un crecimiento de la población que podría dejar a la humanidad sin la capacidad de producir lo suficiente para alimentarse.
De acuerdo con las proyecciones de crecimiento poblacional, en 2050 seremos unos 9.6 mil millones de personas . Para poder alimentar a esta población, según la FAO, se tendría que aumentar la producción de alimentos en un 70%.
El pequeño problema es que actualmente ya usamos el 40% de tierras del planeta para cultivos y no se entiende cómo vamos a hacer para que esas mismas tierras produzcan más alimentos, si es que no se arrasa con los bosques para incrementar la superficie cultivada.
Entre las soluciones que se han planteado para resolver este problema destacan las siguientes:
- Crear semillas resistentes a enfermedades para aumentar el rendimiento como hizo Norman Borlaug en la década de los cuarenta con el trigo.
- Apostar por cultivos más nutritivos y que aporten más calorías como las papas y el camote.
- Aprovechar el desierto como ha hecho España en Almería desde 1963, poniendo invernaderos para producir frutas y verduras donde antes solo habían tierras áridas.
- Hacer agricultura en ambientes controlados para mejorar los rendimientos.
- Trabajar con plantas hidropónicas que permiten cultivos de raíces suspendidas.
- Desarrollar granjas verticales con sistemas de luz y de rotación que permitan mantener a raya a las plagas y enfermedades y aprovechar el espacio, como se tuvo que hacer en Sendai, Japón, por el desastre de Fukushima.
- Acompañar la hidroponía con la aeroponía también para las granjas verticales, que permite que las plantas crezcan más rápido.
- Usar luz artificial para que las plantas en invernaderos tomen un mayor porcentaje de luz y crezcan de forma saludable.
- Rotar más los cultivos que son sin riego.
- Revisar la dieta global, y producir aquellos cultivos con mayores rendimientos. Por ejemplo, el camote o la papa, respecto del maíz.
- Apelar a los organismos modificados genéticamente (OGM) para incrementar los rendimientos de los cultivos.
- Dejar de comer carne para usar la superficie dedicada a los pastos a la producción de alimentos.
- Producir carne en laboratorio consiguiendo el mismo que lo anterior.
Muchas de estas propuestas han generado controversia. Así por ejemplo, la agricultura en ambientes controlados tiene muchas bondades pero también es más costosa y por lo tanto no aplicable a cultivos con márgenes bajos como el maíz, el arroz o el trigo. De otro lado, los OGM también son duramente criticados por una serie de razones.
Así que no hay una respuesta única para el camino que debe seguir la agricultura con el fin de garantizar la producción de alimentos para la población mundial. Sin embargo, todo indica que lo que debería ocurrir es que, con más tecnología e infraestructura, en el futuro se deberían obtener cada vez mayores rendimientos por superficie cultivada.
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