La depresión que mató al chef que inspiró a la película Ratatouille
- La depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo.
- Según la OMS, cada 40 segundos se produce un suicidio en el mundo. El alcohol y la depresión son la causa principal.
- Se suele pensar que es una enfermedad de ricos pero se trata de una vulnerabilidad genética distribuida de una forma relativamente homogénea en la población y que es activada por eventos específicos.

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Si Usted fuera uno de los chefs más prestigiosos de Francia, hubiera sido distinguido con tres estrellas Michelin (un privilegio que solo tienen 25 chefs en Francia) y fuera el único de todos estos que construyó (no heredó) un negocio multimillonario que incluso lo convirtió en el primer chef en cotizar en una bolsa de valores en el mundo, ¿no estaría satisfecho con la vida?.
En el año 2003, Bernard Loiseau, el chef que inspiró a la película Ratatouille de la empresa Pixar, se suicidó. Hay quienes culpan a la empresa que publica la guía Michelin, considerada en Francia como la biblia de la alta cocina, por haber deslizado la posibilidad de retirar una de las estrellas Michelin a su restaurante, La Cote d’Or ubicado en Burgundy.
Si bien no se puede descartar que la posibilidad de perder una estrella Michelin, que en términos de un negocio con altos costos fijos puede representar una caída de 40% de los ingresos, haya generado una crisis en Loiseau que lo haya llevado al suicidio, lo cierto es que este ya padecía una depresión.
La depresión está más presente en nuestras vidas y en nuestro entorno de lo que pensamos. Es la principal causa de discapacidad en el mundo —y de suicidios, también.
Con frecuencia se suele pensar que es una enfermedad de ricos pues, como en el caso de Loiseau, resulta obvio que uno sufre de depresión cuando se siente mal cuando todo va bien, ¿no es así? Para las personas de menores recursos que deben pasar por más problemas y limitaciones en su vida diaria, la depresión es menos obvia y, por supuesto, como resultado de ello, es prácticamente no tratada.
A pesar de ser tan común, la depresión es un tema tabú. Cuando alguien se rompe un brazo, todos corren a firmar el yeso; sin embargo, cuando alguien dice que está deprimido, la primera reacción del entorno es alejarse. Precisamente, por el hecho de que se habla muy poco de la depresión, es que también se sabe muy poco de ella. Se le suele confundir con la tristeza o el duelo por alguna pérdida. La depresión, sin embargo, a diferencia de la tristeza o el duelo, no es temporal sino permanente. Y también se suele pensar que lo opuesto a estar deprimido es estar alegre. No es así. El mejor antónimo de la depresión es la vitalidad, pues la depresión hace que todo, incluso cosas tan sencillas como desayunar o contestar el teléfono, se vean como tareas prácticamente imposibles.
Por lo general, la depresión no se va nunca. Quienes la sufren la comparan con el compañero de cuarto, al que no se le puede echar nunca, que todo los días y a toda hora te repite: “tú no eres nadie” o “tú no vales nada”. Por esta misma razón, es que casi 1 millón de personas al año en todo el mundo terminan suicidándose por no poder seguir cargando más esta cruz.
Afortunadamente, aunque caros, imperfectos y con una gran cantidad de efectos secundarios, existen tratamientos para la depresión. Si quiere saber más de la depresión, no deje de ver este video de Andrew Solomon (con subtítulos en español).