Cuotas de género: ¿Por qué son necesarias?

19 de febrero de 2014

La posibilidad de una ley a favor de cuotas de género a nivel empresarial es aún un tema que no llega a un consenso: desata en igual medida argumentos a favor y en contra. En el siguiente post les presentamos las razones por las que creemos que una ley de cuotas de género se hace totalmente necesaria en el mundo actual.

Medium_segregation

Sólo en Estados Unidos la mitad de carros, computadoras y el 70% de los productos del hogar son comprados por mujeres. A pesar de ello su participación en los directorios y planas gerenciales se encuentra muy por debajo de estos porcentajes. En promedio mundial, sólo el 3% de CEO’s son mujeres y esto se debe no únicamente a un tema de discriminación, sino a una falta de políticas en favor de la mujer y un ambiente laboral acorde a ellas.

En el último evento anual del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) en Davos, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Christine Lagarde admitió haber estado en contra por mucho tiempo de una política de cuotas por considerar que las mujeres debían obtener estos logros por ellas mismas y no en base a consideraciones especiales. Ahora, Lagarde admite también que en la realidad que vivimos actualmente es muy importante y necesario la implantación de al menos metas, si es que no cuotas, que alcanzar. Sin esta definición de objetivos el porcentaje de mujeres en directorios seguirá siendo bajo como lo ha permanecido por muchos años.

Prueba de que la política de cuotas de género en el trabajo ha obtenido resultados positivos es Noruega. Este país, que lidera el ránking de Desarrollo Humano de la ONU y se encuentra entre los 3 primeros países con la brecha de género más corta (según el Reporte de Brecha de Género 2013 de la WEF) es también el primer país en promulgar una ley de paridad en los Consejos de Administración de las grandes empresas, es decir, en dar una ley de cuotas de género. La polémica medida, que establece una cuota de al menos un 40% de mujeres en estos órganos, ha logrado que el porcentaje pase de 7% en 2002 al 44% en 2010.

Y este sólo es el caso emblemático. Otros países que han seguido el ejemplo son Francia, Bélgica, Holanda e Islandia. Todos países bien posicionados, no sólo en el Reporte de Brecha de Género del WEF, sino también en el ranking de Desarrollo Humano de la ONU.

¿Por qué debiera seguir nuestro país estos ejemplos? Pues porque ha dado resultados. Pues como bien decía Lagarde, en el mundo en el que vivimos actualmente la mujer necesita de políticas públicas para un crecimiento más rápido de su participación en las grandes empresas, y en específico en los directorios y planas gerenciales. Así mismo lo considera la Unión Europea quien alerta que de no tomarse medidas al respecto la igualdad se conseguiría recién en 50 años.

¿Y por qué esta brecha tardaría tanto en acortarse? ¿No son las mujeres tan capaces como los hombres? Pues porque existe la costumbre enquistada en muchos de los grandes directores y hombres que ocupan puestos claves, en sólo contratar hombres. Esto porque sólo entre ellos se sienten cómodos. Sobre esto también habló Sheryl Sandberg, jefa de operaciones de Facebook: “El 64% de hombres gerentes en Estados Unidos tiene miedo de estar a solas con una mujer en una oficina. No se sienten cómodas con ellas”

Ya en el último informe presentado por Proexpansión:”El empoderamiento de la mujer: inteligente y correcto” expusimos la importancia de lograr una mayor participación de la mujer en el mundo laboral y económico. Una ley de cuotas, obviamente, no es la panacea a la discriminación de género, pero si una alternativa a corto y mediano plazo factible. Tal vez no con un porcentaje tan ambicioso como el de sociedades nórdicas pero si estableciendo metas más acordes a nuestra realidad y veremos que pasa.



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