¿El poder corrompe? Científicos lo comprueban
- Los niveles de testosterona tienen relación con la corrupción.
- Mientras más tiempo se está en el poder es más fácil caer en la corrupción.
- ¿Tiene cura la corrupción?

“El poder corrompe” dice la célebre frase conocida como la Ley de Acton y que durante décadas se ha repetido como una forma de argumentar la corrupción en los círculos más altos de poder. Sin embargo, ¿qué tan cierta es esta frase? ¿Realmente el poder puede llegar a corromper a todas las personas?¿Inclusive las más honestas?
Un grupo de investigadores de la Universidad Suiza de Laussanne se dio a la tarea de verificar qué tan certera es esta frase. Para ello, realizó una serie de experimentos basados en el juego del dictador, por el cual se separa a la gente en grupos eligiendo un líder, el cual deberá repartir cierta cantidad de dinero entre todos sus miembros. El líder tiene dos opciones: o tomar una decisión pro-social por la cual incrementa las ganancias del grupo en conjunto o tomar una decisión antisocial por la cual sólo incrementa sus ganancias. Los resultados fueron claros: mientras más poder tenían los líderes, en términos de número de seguidores y opciones, eran más propensos a tomar decisiones antisociales y cuidar por su bienestar personal.
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Otro dato importante es que al inicio del experimento todos sabían que lo correcto era hacer el bien común, a excepción de un 3% que creía que el líder merecía un mayor beneficio. Sin embargo, a medida que probaban el poder, casi todos fueron cayendo en la corrupción tratando de sacar provecho para ellos mismos, recibiendo mayores ganancias. Al final de del experimento, sólo el 19% permaneció con el pensamiento inicial de responsabilidad hacia los demás. La conclusión: mientras más tiempo de exposición al poder recibían más personas caían en la corrupción.
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El estudio también midió los niveles de testosterona en estos hombres. Los hombres que recibieron mayores pagos para ellos mismos resultaron ser los que tenían mayores niveles de testosterona, a diferencia de los que menos actos corruptos cometían. De este resultado, también puede concluirse que las mujeres son menos corruptas que los hombres.