HISTORIAS
Tuberías de agua que matan
El escandalo generado por las tuberías de plomo de Flint en Michigan han puesto en la mira a la cantidad de tuberías similares que hay en los Estados Unidos y el impacto que estas tienen en el crecimiento de los niños, el daño cerebral y una vida con menores oportunidades.
Para empezar ni siquiera está bien diagnosticado el problema porque el propio gobernador de Michigan, Rick Snyder, no sabe cuántas de las tuberías de Flint están en esta situación y como consecuencia de ello, la población está bebiendo agua con altos niveles de plomo. Esto refleja la debilidad de los reguladores y la incapacidad de la US Environmental Protection Agency (EPA) para requerir que se implementen los controles de corrosión en Flint, señala The Huffington Post.
Actualmente, se está revistiendo el interior de las tuberías pero hacia futuro deberían cambiarse.
La semana que pasó, en Sebring, un pueblo de Ohio con una 8 mil personas, se prohibió usar el agua de los grifos por problemas similares a Flint. Y todo parece indicar que habrían casos similares en Lousiana y Wisconsin, señalaba Erin Brockovich a Stephen Colbert en The Late Show.
Académicos, políticos, profesionales de la salud y otros han alzado su voz para reclamar por las tuberías y por el daño a la salud y el ambiente que generan estas conexiones de plomo de la red de agua que llegan hacia las casas de la gente en el oeste y el noreste.
Sin embargo, se sabe que hasta la fecha no hay un plan nacional para eliminarlas. Al respecto, lo que se ha estado haciendo es que los servicios públicos traten el agua de tal modo que se forme una capa en el interior de los tubos que evite la corrosión y que las partículas de plomo terminen llegando a los hogares, aunque todos saben que es imposible prevenir la lixiviación de plomo en una línea de servicio hecha de ese material.
En Flint se estaba procediendo de la misma manera, pero la Planta de Tratamiento de Agua no estuvo manteniendo los controles de corrosión.
La Ley federal de Agua Potable establece un mandato para los sistemas de agua pública y los reguladores de monitorear los niveles de plomo que sale de los grifos de la gente y si el 10% tiene más de 15 partes por mil millones de plomo, entonces hay que revisar los controles anticorrosión o reemplazar el 7% de sus líneas de servicio de plomo cada año.
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