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Dieta ecoamigable para reducir emisiones
El 27 de junio pasado se realizó la Climate Change Conference in Bonn, reunión que dio lugar a una discusión sobre la necesidad de transformar la forma en que se producen y consumen alimentos, según un reciente artículo titulado Food Experts Call for Climate-Friendly Diets.
Y es que las Naciones Unidas ha hecho un llamado a revisar las prácticas de producción y los hábitos alimenticios con el fin de hacerlos más sostenibles para que se alineen al Acuerdo sobre Cambio Climático de Paris.
Como se sabe, según la FAO, una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero procede del sector agrario, incluyendo –entre otros- el sector forestal. Además, el cambio climático está afectando la seguridad alimentaria, haciendo más difícil el crecimiento de la producción en contraste con el que tiene la población.
El director adjunto del Secretario General de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, Ovais Sarmad, ha señalado que el sector de alimentos es clave para mejorar la salud y garantizar la sostenibilidad del ambiente. En este sentido, ha señalado que lo que hace falta es innovación para tomar acciones en esta línea.
Por ello, hay que poner atención en los sistemas de producción e introducir más ciencia en ellos para reducir las emisiones.
Para ello, en enero de 2019, un grupo de 37 científicos publicaron el EAT Lancet Commission Report, donde muestran que se requiere mejorar los hábitos alimenticios, pero también reducir las pérdidas y desperdicios y mejorar los sistemas de producción de alimentos.
En este sentido, es encomiable que hoy en día hayan 566 compañías comprometidas con este proceso de reducir sus emisiones. Ejemplos como el de IKEA, la afamada compañía sueca de muebles, ilustra lo que hay que hacer. Ponerse metas concretas de reducción de emisiones en sus plantas y de desperdicios en sus tiendas.
En pocas palabras. Se trata de que las empresas se comprometan a ofrecer hamburguesas y milkshakes ecoamigables.
En ese afán, surgen nuevas alternativas de insumos y formatos de presentación insospechados. Uno de esos casos es el de las microalgas spirulina y que puede servir para producir los shakes, con la diferencia que puede ser producida en bioreactores, sin deforestar, ni contaminar el suelo.
Otra alternativa que están estudiando en la Universidad de Bonn es el consumo de insectos como proteína alternativa y que produce menos emisiones.
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