NÚMEROS
¿Cuál es el precio de la naturaleza?
¿Alguna vez te has preguntado cuánto vale un árbol?, ¿un trozo de mineral?, ¿un animal? Muchas personas han tratado de cuantificar cuánto valdría cada cosa (pequeña o grande) de la naturaleza. De esta forma se podría saber de forma más sencilla qué recursos utilizar y cuáles es mejor dejar en la naturaleza. En otras palabras, solucionaría muchos dolores de cabeza.
Sin embargo, esta no es una labor sencilla y hasta ahora todo el que ha tratado de ponerle un precio a los recursos de la naturaleza ha fallado.
Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Yale presentó un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences. En este se muestra una fórmula para computar el precio de lo que ellos llaman “capital natural”. Esperan que de esta forma se pueda ver cosas como el agua o los bosques de una forma más convencional y saber en qué invertir para tener un futuro más sostenible.
La fórmula fue desarrollada usando muchos principios de la teoría económica clásica dice el artículo “Economists keep saying we should put a price on nature. Now they’ve finally done it” escrito por Chelsea Harvey de The Washington Post. Tiene en cuenta factores como la depreciación o apreciación de los recursos con el tiempo y el valor de los servicios del ecosistema (por ejemplo, agua bebible).
La relación entre los recursos naturales y el dinero tiene muchas similitudes al principio de ingreso y riqueza, afirma Elí Fenichel, profesor en Yale y uno de los involucrados en el proyecto. Lo explica de la siguiente forma: El ingreso es lo que tienes en tu billetera. La riqueza es lo que tienes en el banco y lo que posees (como tu casa, tu carro, entre otros). Si bien vender tu casa aumentaría tu ganancia de forma inmediata, haría que a la larga tu riqueza disminuya.
Esta es la propuesta de estos investigadores para valorar el capital natural. ¿Qué acciones nos beneficiarían de forma inmediata pero nos perjudicarían más adelante? Se espera, como ya se dijo, tratar de que esto ayude a tomar decisiones más inteligentes.
Sin embargo, es importante no quedarse solamente en los números afirma Fenichel. Hay que observar y determinar el valor de cada recurso y el servicio que brinda a la humanidad. Por ejemplo, podemos dejar de depender de muchas cosas, pero menos del agua. Eso pone todo en perspectiva y le da su verdadera dimensión.
Fenichel señaló, sin embargo, que el estudio no es una guía de como tomar decisiones sobre este tema. Más bien, es una forma de señalar que si se desean tomar decisiones informadas e inteligentes se debe tener en cuenta el valor de todos los pequeños pedazos cuantificables que estamos usando o pensamos usar.
Ojalá propuestas como estas sean tomadas en cuenta por los hacedores de políticas públicas.
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