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Cuidado con el GPS
En el Perú, la mayoría de personas tienen autos que no cuentan con GPS, pero si alguna vez ha intentando subirse a un carro que sí lo tiene, sea este alquilado o prestado, habrá experimentado una sensación extraña al recibir instrucciones mientras conduce y tener que seguirlas haciendo un acto de fe, asumiendo que de hacerlo llegará a su destino.
Lo que no se sabía hasta ahora es que ese acto de fe podría ponernos en alguna situación de peligro, básicamente porque lo terminamos usando como una muleta que sustituye nuestra atención.
De alguna manera, llegamos a creer que el GPS nos tiene que conducir por la ruta que queremos y, además, advertirnos de lo que puede pasar en el camino. Unos investigadores de la Universidad de Cornell, precisamente indicaron en base a el estudio del comportamiento de los automovilistas que usan GPS, llegaron a la conclusión que este reduce el nivel de alerta con el que normalmente se conduce y afecta nuestro mapa cognitivo.
Un interesante post de Greg Milner en el blog del New York Times, sobre el cual se basa esta nota, señala hasta tres cosas importantes respecto al uso del GPS:
El GPS no corrige ortografía. Si un conductor tipea mal el nombre de la calle donde se dirige y existe una calle con ese nombre, el GPS nos llevará a esta última. Y si seguimos las instrucciones del GPA, habremos hecho todo correctamente, pero nunca llegaremos a destino.
El GPS se equivoca. Milner cita tres casos en su nota donde claramente el GPS insistía en indicar que se tome un camino, y en el primero el turista fue a parar al Océano Pacífico, en el segundo, a un acantilado, y, en el tercero condujo a una mujer de Bélgica a Croacia, en lugar de llevarla a un destino a dos horas de distancia.
El GPS no distingue el peligro de los caminos que sugiere. Los casos que cita Milner son más que preocupantes. Una pareja por escuchar al GPS, no se dio cuenta de las señales de camino cerrado y terminó lanzándose de un puente en Indiana. El esposo de una mujer en Brasil murió a tiros el año pasado luego que el GPS lo llevó por una calle de gran nivel de peligrosidad.
No se trata de recomendar descartar completamente el GPS, sino darle su verdadera dimensión y evitar renunciar a nuestro mapa cognitivo que nos alerta sobre algún tipo de error mientras se usa. Finalmente, si el error se ha producido, lo mejor sacar provecho del lugar donde llegamos, aun cuando no sea el que esperamos.
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