IDEAS
Hábitos de un buen orador
Muchos atribuyen el éxito de ventas de Apple no solo a la calidad y diseño de sus productos, sino a Steve Jobs. Este personaje tenía un talento increíble para vender. En cada presentación oficial salía y hablaba de los nuevos productos presentados por la empresa y lograba convencer al mundo de comprarlos. Sin embargo, Steve Jobs no es la única persona con estas características. Muchos personajes que viven dando discursos motivacionales podrían también ser incluidos en esta categoría de los buenos presentadores por excelencia.
Pero, ¿qué hace a un buen presentador diferente al resto? El portal Fast Company, en su artículo “Four Scientifically Proven Habits Of Powerful Presenters”, identifica cuatro gestos y costumbres de grandes presentadores que responden esta pregunta.
En primer lugar, los presentadores hacen gestos al momento de presentar. Sin embargo, estos gestos no son arbitrarios. Todos son hechos con el propósito de ayudar a la presentación. El artículo cita al doctor David McNeil de la Universidad de Chicago, quien afirma que si cuando se habla se hacen ciertos gestos, estos crean significado en la audiencia y hacen que su cerebro tenga mayor capacidad de procesar la información presentada.
En segundo lugar, hay que “moverse con poder”. Más allá de ser una frase llamativa, los estudios demuestran que los buenos presentadores pueden efectivamente hacer que nuestros cuerpos transmitan seguridad, convición, transparencia y de esa forma mejorar la presentación. No es que sean magos o algo por el estilo. Sin embargo, estudios demuestran que pararse de cierta forma en un escenario puede elevar los niveles de testosterona de la audiencia.
En tercer lugar, hacer las pausas necesarias para ayudar a que la audiencia procese mejor lo que decimos. Muchas veces personas sin mucha experiencia suelen decir cualquier cosa o palabras de relleno cuando no saben que decir. Un pequeño truco de los buenos presentadores: en vez de balbucear lo que sea es hacer pequeñas pausas. Esto le da cierto ritmo a la presentación haciendo que la audiencia pueda procesar todo lo que acaba de escuchar y entenderlo de una mejor manera.
En cuarto lugar, complementar el discurso con imágenes. Así es, como muchos dicen, una imagen vale más que mil palabras. Los buenos presentadores no se basan únicamente en el discurso si no que se apoyan en recursos visuales. Pero no solo ponen una imagen de fondo mientras siguen hablando, sino que incorporan esa imagen es su presentación. Además, es sabido que los recursos visuales ayudan mucho para capturar la atención de la audiencia.
En conclusión, los buenos presentadores no nacen sino que pueden hacerse con gestos, una forma particular de pararse frente a la audiencia, poniéndole un ritmo al discurso y usando imágenes de refuerzo.
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