HISTORIAS
La vista: el rey de los sentidos
Pocos saben que el cerebro realmente no tiene una zona específica donde interpreta los textos sino que los los textos se interpretan en el área visual del cerebro, que el cerebro del ser humano está programado para darle sentido a las imágenes que vemos, y que la vista supera a todos los demás sentidos. ¿No lo crees? A continuación te contamos un caso que muestra cómo las personas confiamos más en lo que vemos que en lo que olemos o lo que oímos.
En un estudio que realizó la Universidad de Bordeaux con un grupo de 54 expertos enólogos, se sometió a consideración de estos expertos dos copas de vino, aparentemente tinto. La única diferencia, que no conocían los expertos, es que uno de los vinos era tino y el otro blanco al que se le había añadido unas gotas de tinte inodoro. Lo asombroso fue que ninguno de los expertos enólogos se dio cuenta que estaba tomando en realidad vino blanco y todos comentaron las propiedades de ambos vinos como si se trataran de tintos. Este es un error garrafal en el mundo de la enología donde existen palabras para describir exclusivamente a los vinos tintos o a los blancos que los conocedores nunca usarían indistintamente.
Este experimento permitió probar que que lo que vemos en realidad es la opinión que el cerebro se hace del estímulo que tenemos frente a nosotros y no una reproducción exacta de lo que llamamos realidad. En el caso del vino blanco que lucía como tinto, el cerebro interpretó que se trataba de vino tinto y todas las demás respuestas del cerebro de los enólogos actuaron en concordancia.
Así de poderosa es la vista. Pero hay más. La vista además nos permite almacenar recuerdos mejor. Por ejemplo, los seres humanos somos capaces de recordar hasta el 90% de un máximo de 2,500 imágenes hasta 72 horas de haberlas visto, incluso si es que no las vimos por más de 10 segundos cada una. Un año después todavía podemos recordar hasta el 63% de las imágenes. Lo mismo no ocurre con los textos. De hecho, cuando la información se presenta de manera oral, el ser humano solo puede recordar un 10% de los contenidos luego de 72 horas. Si a los textos se les añade una imágen, la capacidad para recordarlos sube hasta 65%. A este efecto se le conoce como el Efecto de la Superioridad de la Imagen.
Por eso es que los niños pequeños que acuden a centros de estimulación temprana son expuestos a miles de imágenes que les sirven para asociar luego lo que ven con su imaginación. Hasta ahora no se ha descubierto nada más eficaz para que ellos empiecen a activar su memoria e imaginación que hacerlos conocer el mundo a través de imágenes.
Esta constatación debería estimular a que cualquier material educativo o de comunicación tome en cuenta que los seres humanos estamos programados más para aprender por imágenes que por textos. Una imágen no solo dice más que mil palabras sino que es más fácil de recordar que todas las palabras del mundo. ¡Aprovechémoslo!
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