IDEAS
El derecho a vivir de los bebes prematuros
Según la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 10 niños nace de forma prematura cada años. Se estima que cada año nacen 15 millones de niños antes de cumplirse el período de gestación.
El riesgo que cada uno de estos enfrenta y sus posibilidades de sobrevivencia está estrechamente relacionado con cuán prematuro sea su nacimientro. Cuando los niños nacen habiendo cumplido entre 32 y 36 semanas de gestación, prácticamente todos sobreviven (99%). Si han cumplido entre 28 y 31 semanas, las posibilidades de sobrevivencia también son altas (96%). El problema surge con los niños que solo han podido estar en el vientre de la madre por menos de 28 semanas. Para estos, la tasa de sobrevivencia ya se ubica por debajo del 80%.
Este es precisamente el mayor reto que enfrenta la ciencia médica pues se trata de bebés que suelen nacer con un cerebro que no ha desarrollado lo suficiente y con un sistema digestivo y respiratorio que no está preparado para la vida fuera del vientre materno. Para que se haga una idea de cuán pequeños son estos bebés, mire la palma su mano: un bebe prematuro nacido con menos de 28 semanas tiene como máximo eses tamaño.
Debido a los grandes riesgos que enfrentan los bebes prematuros y los altos costos que implican tratarlos, en la mayoría de ocasiones, los profesionales médicos, los familiares y las compañías de seguros deben decidir si vale la pena o es viable tratar a los bebes. Generalmente, en economías desarrolladas, cuando los bebes nacen con 24 o más semanas de gestación se consideran “viables” mientras que aquellos que nacen con 22 semanas son considerados como “no viables”. En el primer caso, los bebes suelen recibir tratamiento; y en el segundo, no. Los bebes que nacen con 23 semanas se ubican, por ende en una zona gris.
Con el grado de sofisticación que ya ha alcanzado la ciencia médica es ética y medicamente cuestionable que se sigan aplicando estos criterios incluso en economías desarrolladas. Tres son las razones más importantes:
La primera es que la edad gestacional suele con frecuencia ser muy imprecisa, con lo cual la probabilidad de calificar bebés prematuros como “no viables” es alta. La segunda es que la edad mínima para considerar a un bebe prematuro como “viable” se ha ido modificando a lo largo del tiempo: en los años 60 era de aproximadamente 27 semanas; en los años 70 era de 26 y actualmente ya se ubica en alrededor de 23. La tercera es de puro sentido común: mientras se trate menos, la tasa de sobrevivencia de los bebes de 22 semanas no se incrementará. Esto lo ha demostrado Japón que ha conseguido elevar la tasa de sobrevivencia por encima de 30% para estos niños solo por haber empezado a apostar por ellos hace 20 años.En Perú, la infraestructura para atender a los bebes prematuros es pobre y los seguros rara vez cubren sus tratamientos.
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