La influencia de los Millennials en el mercado

En más de una ocasión hemos compartido contigo algunas de las características de los Millennials como en la nota “El arte de vivir sin automóvil”, donde destacábamos que no les interesa demasiado el mercado de carros; y, en “Los consumidores influyen en volver a las marcas más responsables” pusimos en evidencia su apuesta por el cuidado del medio ambiente y las personas, así como su rechazo a las marcas que no cumplen ciertos requisitos, llegando hasta hablar negativamente de éstas en línea.

Y es que los millennials están cambiando el mercado en muchas áreas. Recientemente, un artículo de The Guardian, denominado “A hard sell: the industries that can't get millennials buying” señalaba que estas dos cosas no son las únicas que han sucumbido bajo el efecto millennial.

Una de las cosas que explica estos cambios tiene que ver con la idea que si bien nunca ha sido sencillo ser un joven, hoy en día es más difícil que en cualquier otro periodo de vida.

Los jóvenes de ahora ya no ganan tanto cómo se ganaba antes. Es complicado venderles bienes o servicios complementarios si no pueden siquiera alcanzar a comprar cosas esenciales para la vida. En otras palabras, si alguien no puede comprarse una casa, es imposible que puedas venderle una membresía a un club. Esto explica, por ejemplo, que la industria de seguros para el hogar se encuentre en un momento de crisis porque los Millennials no los compran.

¿Qué ocurre?

Una combinación de sueldos bajos, con una enorme cantidad de deuda gracias a los préstamos universitarios y un aumento enorme en el precio de casas y departamentos, lo cual significa que hay que adaptarse o morir.

Los seguros de vida tampoco son lo más popular y pedido del momento. Entre pagar para mejorar su educación y pagar un seguro de vida, los jóvenes apuestan por la educación en todos los casos. Además, destinan su plata a cosas distintas que en el pasado. Antes, se ahorraba para comprar algo como un carro o hasta una casa y luego poder disfrutarlos. Sin embargo, todo indica que los jóvenes prefieren ahorrar para viajar, su idea de vivir no es para postergar sus experiencias sino para vivirlas.

Así que el panorama pinta negro para las industrias que no se han dado cuenta que los consumidores están cambiando y la única manera de sobrevivir es adaptándose.