NÚMEROS
Los garbanzos en un mundo donde cada vez se guisa menos
A diferencia de las lentejas, los garbanzos no son tan versátiles para las mesas de los peruanos porque requieren un tiempo de preparación mayor. Hay que hidratarlos desde el día anterior, luego cocinarlos por varias horas y, los más afanosos, hasta pelarlos antes de preparar el guiso.
Probablemente, eso explique que cada vez menos familias recurran a ellos en un mundo donde cada vez más las mujeres trabajan y optan por guisar platos muchos más sencillos, apostando incluso por todo aquello que esté listo para la olla o los semi preparados. Además, siempre han sido vistos como una de las menestras de mayor precio, lo que no necesariamente debería ocurrir a la luz de algunas cifras de importación que vamos a compartir.
El Perú, no es un gran productor de garbanzos, apenas 1700 ha en 2015 y 2300 toneladas de producción, principalmente en La Libertad e Ica. Las importaciones en dicho año llegaron a casi el doble de lo que produjimos con 4,4 mil toneladas y USD 4,1 millones, lo que equivale a un precio promedio de USD 0.97 kg, casi un 18% menos que en 2014 en valores, 12,6% menos en volumen y a un precio menor.
El garbanzo que importamos proviene de México, Canadá y Estados Unidos, siendo el primero el principal país de procedencia desde 2013 con casi el 92% del total de la importación de garbanzos en valores y más del 66% en volumen. Le sigue Canadá con 6% del total y Estados Unidos con el 2%.
Las importaciones de garbanzos en el Perú en el 2015, provienen de 16 empresas, a diferencia del 2014 que fueron 24, siendo las principales Frutos y Especias S.A.C.(26%), Compañía Berfranz S.A.C.(23%), Intercompany y Señor de Huanca S.A.C (17%) y Mayta Alemán Jesús Simeón (12%), las cuales representaron el 77% del valor de las importaciones y al menos el 75% del total en volumen.
Hay que hacer seguimiento con detalle de cómo se mueven las cifras de producción e importación de esta menestra porque detrás de ello parece que está una tendencia en los hábitos de consumo de las familias peruanas porque cada vez dedicamos menos tiempo a cocinar.
Si esta tendencia se confirma, nos tendremos que conformar con saborear unos buenos garbanzos cuando pidamos un sancochado, un pescado seco a la vizcaina, o unos clásicos garbanzos con acelga, en algún restaurante peruano que ofrezca cocina casera.
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