IDEAS
El ecosistema ideal para el desarrollo científico
En un mundo donde los países hoy en día destacan no por los recursos naturales que tienen sino por el conocimiento que son capaces de crear, es natural que los países más desarrollados tiendan a compararse con sus pares para entender por qué alguno está teniendo más éxito que otro en la tarea de crear valor en ciertas industrias de alta gama.
Una de ellas es la de la Biotecnología que tiene que ver con el uso de cualquier instrumento tecnológico en organismos vivos o sistemas biológicos para crear procesos y productos para un uso específico que está relacionado en muchos casos con la medicina.
Recientemente, Geoffrey Owen, en su artículo The secret of a world-class biotech sector, publicado en el Financial Times, analizaba las razones por las cuales las empresas del Reino Unido no estaban consiguiendo los resultados que obtenían las empresas del mismo rubro en los EE.UU. y mencionaba algunos nombres como Amgen, Biogen o Gilead.
La conclusión más importante a la que llega de la comparación que realizó es que la ventaja obtenida por las enseñas estadounidenses tiene que ver con las fortalezas que tienen las empresas americanas a nivel del ecosistema para innovar.
Ese ecosistema está conformado por universidades con importantes áreas de investigación biomédica financiada con fondos del Estado, un buen sistema de transferencia tecnológica hacia las empresas, una buena industria de capital de riesgo con disponibilidad de recursos para invertir en biotecnología, un mercado dispuesto a invertir en startups dinámicos y de alto impacto , entre otros.
Esto significa que los éxitos en innovaciones biotecnológicas en los EE.UU. son el resultado de un trabajo de años que responde a una visión del Estado de apoyar ese desarrollo facilitando el acceso a fondos que fomenten la investigación básica y aplicada en los centros de universitarios para que luego esos desarrollos sean transferidos al sector privado.
Esto no es imposible de hacer ni en el Reino Unido, ni en países como el Perú, la clave es crear ese ecosistema y para ello hace falta desde convocar a la diáspora de científicos que tenemos, pero también convocar a talento extranjero que pueda enriquecer los equipos de investigación con los que se trabajan en las áreas donde se decida apostar trabajar.
No hay mejor dinero invertido que el que permita fomentar la creación de ese ecosistema que se necesita para empezar a desarrollar conocimiento.
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