Ciudad de México: crowdsourcing para nueva Constitución

La Ciudad de México es como Lima porque refleja una sociedad llena de contrastes, donde coexisten zonas donde viven las personas más acomodadas, y otras zonas donde se concentran los bolsones de pobreza que se entremezclan con la contaminación, el caos y el crimen asociado en su mayor parte a los cárteles de droga.

Todo esto se ha acentuado en los últimos años, y ha obligado a su alcalde Miguel Ángel Mancera, alcalde de la ciudad, quien fue electo con 63.3% de los votos y hoy, solo cuenta con entre 25% y 30% de respaldo, a promover la elaboración de una nueva Constitución para la ciudad, para lo cual ha creado una plataforma digital similar a las que se usan en crowdsourcing que en este caso ha sido Change.org, para permitir que toda la población aporte.

Un reciente artículo de The Guardian, titulado Mexico City is 'crowdsourcing' a new constitution. But will it change anything? da cuenta que para el diseño de este documento ha reunido a 28 personalidades respetadas en la comunidad, entre artistas, activistas, estudiantes y expertos en economía, leyes y aspectos sociales, de las cuales la mitad son mujeres.

Para muchos, esta es la última carta del Alcalde para recuperar la popularidad perdida, aunque para ser justos, el desencanto de la población es el resultado de muchas décadas de protestas y demandas por parte de la ciudadanía.

Los detractores de esta iniciativa del Alcalde señalan que la corrupción continuará, como plantea Ricardo Pascoe, candidato independiente al congreso y quien es citado por The Guardian, que cree que “el Gobierno podrá continuar llenando las calles de obras producto de tratos corruptos entre constructoras y miembros del Estado, quienes se están haciendo increíblemente millonarios. Muchos de estos proyectos no cuentan con la aprobación de las comunidades locales en el mejor de los casos, y en el peor, van en contra de su voluntad”.

No obstante, Pascoe espera que la nueva Constitución contemple la descentralización del Gobierno ya que, actualmente, el 80% del presupuesto es controlado por el municipio central y el 20% restante es dividido entre las diferentes municipalidades locales.

Esta situación nos remite de manera inmediata a la realidad de Lima (capital del Perú) donde en los últimos años se ha vivido un crecimiento desmedido y desorganizado que ha marcado mucho más el contraste entre distritos de mayor nivel económico y distritos más pobres.

Por ello, será interesante saber el resultado final de esta iniciativa, una vez que esté lista, en la medida que hay propuestas que van desde aspectos relacionados con la seguridad, la reducción de  la edad para votar, establecer mínimo de zonas verdes por habitante, la protección de animales y los derechos que debe tener la comunidad LGBTI, entre otros, que podrían ser ideas interesantes para enriquecer la administración municipal de nuestra capital.