PERSONAS
Voluntariado para escuchar
A diario, miles de personas se cruzan en las calles sin siquiera mirarse. Nadie sabe por lo que la otra persona puede estar pasando. Cada cual tiene una historia que contar pero pocos estarían dispuestos a detenerse y escuchar. ¿Imaginan dedicar su tiempo a parase en un espacio público, con un cartel que diga “Escucha gratuita” a la espera de que algún transeúnte comparta lo que desee con ustedes? ¿Escuchar muchas historias en un día, de personas completamente desconocidas, solo por el deseo de ayudar?
Precisamente de esto se trata el Urban Confessional Project. Tal como lo señala Fast Company en su artículo “The Urban Confessional Project sends volunteers to do nothing but listen to your problems”, la premisa que guía esta iniciativa es sencilla: las personas necesitan ser escuchadas pero esto rara vez sucede en realidad.
Benjamin Mathes empezó a trabajar en este proyecto en 2012 en Los Ángeles, cuando atravesaba un divorcio. Estaba caminando un día en la calle cuando un hombre le pidió dinero pero él no tenía nada que darle. Terminaron hablando y rezando juntos. Esta experiencia le hizo sentir que no quería hacer nada más que ayudar y escuchar a otras personas. Junto a unos amigos, empezó a salir a las calles con el único propósito de ofrecer su tiempo y escuchar los problemas de los demás. “Cuando me preguntan por qué lo hago, les digo: por ti.”
Hoy este proyecto se ha expandido a más de una docena de ciudades alrededor del mundo, incluyendo Barcelona (España), Lima (Perú), Sídney (Australia), Tokio (Japón) y Nueva York (Estados Unidos). Cualquiera que quiera ser voluntario, tan solo debe ingresar a la página de Urban Confessional Project y descargar el kit básico de instrucciones.
Actualmente, el mundo está más conectado que nunca, gracias al gran avance de medios de comunicación y tecnología en general, pero, al mismo tiempo, estamos más desconectados como seres humanos que nunca antes. A través de iniciativas como esta, las personas pueden conectarse en verdad, a través de sus historias y encontrar inspiración el uno en el otro. “En verdad cambió la forma en la que veo el mundo”, manifiesta Mathes, “las personas andan por ahí con muchos problemas encima y no siempre tienen la oportunidad de liberarse de todo eso”.
En diciembre del 2013 se llevó acabo el primer movimiento en el Perú, según el cual jóvenes comprometidos con la causa, se ubicaron en el Parque Kennedy, importante espacio público de la ciudad, muy transitado por locales y turistas, con carteles ofreciendo a los transeúntes la oportunidad de ser escuchados.
Ojalá este proyecto se replicara mucho más en las distintas partes del mundo.
Chechu Pajares Cebrian - 07/07 20:44:06
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