HISTORIAS
Rechazan exigencias para clínicas abortivas
Todos coincidimos con el hecho que el tema del aborto es uno de esos en los que difícilmente es sencillo ponerse de acuerdo, incluso en los casos del aborto terapéutico o por violación.
Por ello, es comprensible que cualquier medida relacionada con este, genere siempre controversia como ha ocurrido con una ley del Estado de Texas que se aprobó en noviembre de 2013, según la cual se prometía mayores estándares de calidad en las clínicas abortivas de dicho estado. Como consecuencia de este mandato, se establecieron reglas más drásticas para las clínicas tanto como para los doctores, ordenando la clausura de lugares que no cumplieran con las nuevas y más estrictas regulaciones.
Posteriormente, estas reglas se endurecieron más cuando en septiembre y octubre del 2014, se estableció que las clínicas abortivas debían contar con el mismo equipamiento que las clínicas quirúrgicas.
¿Cuál es el problema con todo esto?
El conjunto de estas medidas fue visto como un intento de impedir que las mujeres pudieran tomar decisiones sobre su cuerpo y para argumentar esta posición estaban las estadísticas que señalan que el 91% de los abortos realizados en Estados Unidos tienen un riesgo de 0.5% o menos, y, que incluso el aborto sigue teniendo menos riesgos que el parto natural al que se le atribuye un mayor número de muertes por complicaciones.
Además, como resultado del endurecimiento de la normativa para las clínicas abortivas, muchas de ellas empezaron a cerrar (pasando de 41 a 18 en el poco tiempo que la ley prevaleció), lo cual complicó el acceso de las mujeres a la práctica, o la postergación de la misma a las últimas fases del embarazo cuando es un proceso más riesgoso.
Por ello, la Corte Suprema de Estados Unidos decidió rechazar las leyes establecidas, en el juicio conocido como Whole Women’s Health vs. Hellerstedt, que ha sido el caso más sonado relacionado a este tema desde hace décadas, según cuenta el portal Pacific Standar en su artículo “A Huge Win for Reproductive Rights Activists”.
Como es posible imaginar, quienes están a favor del aborto, así como las distintas organizaciones que defienden los intereses de las mujeres a decidir sobre su cuerpo argumentaron que permitir la vigencia de la ley de Texas, limitará el derecho de las mujeres de abortar de forma segura, y que las exigencias planteadas generarán mayores problemas que los beneficios ofrecidos.
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