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¿Víctimas de la “fast fashion”?

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La fast fashion es la práctica de producir prendas de vestir de moda a bajo costo que se desgasta rápidamente por su baja calidad.
13 de julio de 2016
Red star
Por qué es importante
Marc Bain sugiere hacerse tres preguntas antes de adquirir una prenda para no ser víctima del fast fashion: ¿cuánto se va a usar la prenda?, ¿si hace falta en el armario?, y, ¿cuánto tiempo durará?

Una de las industrias que más ha crecido a nivel mundial en las últimas décadas es la textil y confecciones. La imposición de tendencias marca la pauta y obliga a cambiar vertiginosamente el guardarropa de miles de personas cada temporada. Para hacer más accesible la moda, existen grandes marcas de producción masiva que ofertan prendas a bajo costo que se desgastan rápidamente pero permiten ir a la moda (se conoce como fast fashion). Al final de la temporada, las prendas son desechadas y reemplazadas por otras, de acuerdo a lo que señale la nueva tendencia.

Este aparente inocente juego de usar, lucir a la moda y desechar tiene un fuerte impacto en el medioambiente, ya que la producción masiva de prendas requiere mayor extracción de materias primas, principalmente, algodón. Por otro lado, aunque el cliente no lo note a primera vista, la cantidad de dinero que se invierte en prendas “baratas” es significativa para algo que solo durará un par de meses, en contraste con las prendas de mayor calidad que resisten años, a pesar de que su precio sea más elevado.

Marc Bain, citado por Time en “The new rule for buying clothes in the smartest, least wasteful way posible”, escribió un artículo que brinda recomendaciones para realizar compras responsables con el medioambiente y la economía.

Para ello, toma como referencia e inspiración  las recomendaciones brindadas por Michael Pollan en su libro y documental “In defense of food”, las cuales buscaban aconsejar a las personas para consumir comida más sana y ahorrar dinero.

Lo primero que hace es un llamado a adquirir prendas de mejor calidad que, a pesar de costar más, tendrán un beneficioso impacto en la economía de cada persona y en el medioambiente, al reducir la cantidad de materia prima usada, por lo que sugiere combatir la compleja situación que impone  la industria de la moda a las personas, al decretar modas y ofrecer productos de baja calidad y corto tiempo de vida que debe desecharse pronto.

En este sentido, recomienda a los compradores tener en cuenta tres preguntas como las siguientes al momento de adquirir ropa nueva:

  • ¿Cuánto usaré esta prenda?,
  • ¿Me hace falta o ya tengo algo parecido en mi armario? Y
  • ¿Cuánto tiempo pasará hasta que tenga que desecharla?

Para Bain es incomprensible que las personas adquieran prendas solo porque están de moda y sin ningún tipo de racionalidad.

Uno de los casos más ilustrativos de la propuesta de Bain es la moda de jeans rasgados que muchas veces cuestan tres o más veces que un jean sin rasgar, y, lo increíble es que las personas los adquieran aun sabiendo que precisamente por esas rasgaduras solo resistirán poco tiempo, en lugar de comprar un jean convencional.

Estos lineamientos constituyen tan solo recomendaciones que apuntan a la creación de conciencia en el consumidor. Cada uno es quien decide qué tan esclavo de la moda quiere ser.