NÚMEROS
Lucha contra el matrimonio infantil
Mientras que en muchos países del mundo los niños son protegidos de maltratos físicos y psicológicos, así como de la explotación laboral, entre otras situaciones que ponen en riesgo su desarrollo e integridad psicológica y física, en algunas partes del mundo aún representan una minoría desatendida por las leyes.
Eso ocurre porque en ciertos países del mundo los niños son obligados a contraer matrimonio bajo el consentimiento de sus padres a edades muy tempranas. El matrimonio infantil constituye una violación a los Derechos Humanos y, a pesar de que existen leyes que lo prohiben aún es practicado en parte debido a la pobreza y la iniquidad de género. En países en vías de desarrollo, una de cada cinco niñas se casa antes de los 18 años y una de cada nueve, antes de los 15 años, de acuerdo a la United Nations Population Fund.
En la República Islámica de Gambia el 30% de las niñas menores de 18 años son obligadas a casarse. En la República Unida de Tanzania, la tasa se eleva a 37%. En vista de estas circunstancias, estas naciones africanas se han unido recientemente a la lucha contra el matrimonio infantil, aprobando leyes que prohiben esta práctica y la castigan con una condena mínima de 20 años, tal como lo reporta la BBC en su artículo “Gambia and Tanzania outlaw child marriage”.
Antes del dictamen de esta ley en Tanzania, niñas de hasta 14 años podían contraer matrimonio y para los niños varones la edad mínima era 18 años. La nueva regulación permitirá proteger a los menores de un matrimonio infantil y, se logrará castigar a los padres que den su consentimiento y a aquellos que oficien la ceremonia (en el caso de las bodas islámicas el encargado de recitar las oraciones y conducir la celebración es conocido como imam).
El matrimonio infantil pone en riesgo la vida de las niñas y limita su desarrollo personal y profesional. Las pequeñas obligadas a casarse quedan embarazadas a una edad muy temprana lo cual incrementa los riesgos durante la gestación y el parto. En ocasiones estas complicaciones pueden causar la muerte de las jóvenes madres.
Por estas razones, la promulgación de estas leyes ha sido celebrada por grupos de activistas que por años han luchado por el respeto de los derechos de los niños y su protección. Sin embargo, algunos señalan que una mejor solución para frenar estas prácticas es la concientización de las personas, de manera que estas conozcan los riesgos y por propia voluntad detengan este tipo de actos, en lugar de emplear la fuerza y amenazar a las familias con condenas criminales. Esto podría agravar la situación, generando rechazo por parte de las comunidades y sabotear la prohibición, según Isatou Jeng, miembro de la organización por los derechos de la mujer Girls Agenda.
La promulgación de estas leyes es un primer avance para poblaciones tan vulnerables como la infantil en sociedades donde sus derechos no son respetados y no se les brinda la protección que merecen y necesitan para desarrollarse como individuos sanos e íntegros.
Publicar un comentario