¿Al psicólogo o al bar, cuando se tiene edad?

Cada vez es más frecuente saber de personas que buscan ayuda con un psicólogo, lo cual ha permitido que esto no sea visto como algo extraño, que implica tener serios problemas, o, incluso como un problema médico.

Todo lo contrario, en el caso de las personas adultas, es una decisión saludable y madura de buscar ayuda para controlar ansiedades, hablar sobre problemas que los afectan y tener el apoyo de alguien para reflexionar sobre el tema y poder tener la fortaleza de darle una solución.

Alguien puede preguntarse sobre la necesidad de buscar a un psicólogo cuando hay amigos o familiares y la respuesta a esa inquietud es que no es lo mismo hablar con la gente que nos quiere y normalmente toma partido por nuestras causas, que con un tercero ajeno, objetivo y que no se involucra con el problema. Y es que la función de los psicólogos es ayudar a las personas a encontrar las respuestas por ellos mismos, y no tomar sus decisiones.

Por eso, es interesante saber que en Buenos Aires, Argentina, visitar al psicólogo se ha convertido en una práctica habitual que incluso ha llevado a que ese país tenga el mayor número de psicólogos per cápita, 198 por cada 100 mil habitantes, de los cuales el 46% viven y trabajan en Buenos Aires, según señala un artículo de Quartz titulado Almost everyone in Buenos Aires is in therapy.

Pero los argentinos no solo tienen la claridad de pensamiento para buscar ayuda de estos profesionales, sino que suelen preferir a los psicoanalistas. Algunos analistas considerar que esta preferencia es un rezago de la dictadura argentina cuando esta especialidad era asociada con las ideas y visiones políticas de izquierda y marxistas, y por eso los psicoanalistas fueron perseguidos por mucho tiempo. Esto explicaría que cuando retornó la democracia, acudir a ellos fuera una forma de reivindicación.

Los psicólogos argentinos son menos complicados en su explicación, y solamente señalan que las personas normalmente busca aliviar sus angustias y tensiones de distintas maneras: la adicción al juego, las compras, el alcohol, las drogas, y, también los psicólogos. La diferencia es que esta última es una forma de afrontar los problemas que afectan a las personas de una forma más saludable que otras.

En otros países como Inglaterra, las personas van más al bar que a los psicólogos.