PERSONAS
El sol en la tercera edad
Un mundo más tecnológico, ha generado que los niños y los jóvenes, pero también los adultos mayores, cada vez hagan menos actividades al aire libre, y como consecuencia de ello, que tengan menos posibilidades de estar expuestos a los beneficios de estar fuera, y no dentro de cuatro paredes.
Todo ello ha contribuido a la aparición de nuevas enfermedades como la obesidad y la diabetes, y otras que se desencadenan como consecuencia de estas. Cada vez las personas se mueven menos, sin darse cuenta que están afectando su salud, pero además también disfrutan menos de algo tan simple como el sol, aunque actualmente sea esquivo en Lima en esta época del año.
Precisamente, un reciente artículo difundido en Science Daily, titulado “Vitamin D levels predict risk of brain decline in Chinese elderly” da cuenta de un estudio hecho por la Escuela de Medicina de Duke-NUS y la Universidad de Duke, donde se establece los daños que produce la ausencia de Vitamina D en el cerebro, la cual como muchos sabes se produce principalmente en la piel debido al contacto con la luz solar.
Y es que los niveles bajos de Vitamina D en el cuerpo producen una disminución de los procesos cognitivos, mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas mientras las personas avanzan en edad. Además, afecta la salud de los huesos y músculos.
El estudio elaborado por Duke-NUS llegó a conclusiones similares a partir de información de población en China de la tercera edad. En este, participaron 1202 sujetos con más de 60 años a los cuales se les midió sus niveles de Vitamina D al iniciar el experimento, y sus niveles cognitivos fueron analizados por dos años.
Se encontró que sin importar el género o la edad del sujeto de la tercera edad, aquellos con niveles bajos de Vitamina D estaban doblemente predispuestos a sufrir una disminución en su capacidad cognitiva con el tiempo.
Esto significa que es sumamente importante que todos busquemos el sol para disfrutar de sus beneficios, pero además, que nos preocupemos que las personas de la tercera edad que muchas veces tienen problemas de movilidad, también lo hagan. No hacerlo es condenarlas a ir perdiendo su capacidad coginitiva con el tiempo y aumentar el riesgo de desarrollar diversas enfermedades.
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